Castellón solamente dispone del 8% de la agricultura ecológica de toda la Comunitat Valenciana, con 572 hanegadas, situándose a la cola autonómica, muy por detrás de Valencia y Alicante cuyas provincias cuentan con 3.439 y 3.023 hectáreas respectivamente, según refleja el último informe sobre la superficie de este tipo de cultivo del Ministerio de Agricultura.

La introducción de fertilizantes químicos en el agua de riego por parte de las comunidades de regantes de la provincia que suponen un inconveniente para el desarrollo de esta agricultura ecológica es, según el responsable sectorial de la Unió de Llauradors, Constantí Ortells, el problema principal de su escasa implantación en Castellón. 

No obstante, y si bien este freno se constata principalmente en los cítricos, la provincia cuenta con 308 hectáreas de agricultura ecológica de cereales para la producción de grano; 19 para tubérculos y raíces; 6 para cultivos industriales, 52 para plantas cosechadas en verde para alimentación animal; 43 destinadas a hortalizas frescas y fresas; 126 a otros cultivos y 16 hectáreas están destinadas a barbecho en la actualidad. Ortells explica, pese a que estos cultivos no están demasiado implantada en Castellón, que cada vez son más los agricultores de localidades de la provincia como, por ejemplo, Betxí, la Vilavella, Vila-real o Nules los que han mostrado su interés por este sector y la demanda es cada vez mayor «pero para que pueda ser una realidad es necesaria la utilización de los abonos orgánicos». «Aunque los costes de cultivo son mayores que los de la agricultura tradicional, el producto final se revaloriza y es más rentable», afirma Ortells, quien destaca que la mayor parte de estos productos son de secano como el almendro, la vid (aunque hay poca en Castellón), el algarrobo o lo cereales.

Por su parte, la consellera de Agricultura, Mireia Mollà, hratificó la apuesta de la Generalitat por la potenciación de los cultivos ecológicos. La administración autonómica editó una guía para la compatibilización de la fertilización y esta modalidad de agricultura para el sector. 

Bonificaciones en Castelló

El Ayuntamiento de Castelló, a través de la concejalía de Transición Ecológica que dirige Fernando Navarro, trabaja en la potenciación de la agricultura ecológica en la capital y, hasta ahora, ha llevado a cabo medidas para contribuir a que cada vez sean más los agricultores que apuesten por este sector. Así, tal y como explicó el edil Navarro, el Ayuntamiento ha llevado a cabo la modificación del sistema de abonado del Sindicato de Riegos de Castelló para permitir la variedad de cultivos y la certificación ecológica, a diferencia de otras entidades similares de la provincia. También bonifica con un 70% el IBI de las fincas con certificado ecológico y ha introducido un plan de formación municipal en agricultura ecológica.

Por otra parte, tiene prevista la recuperación de los servicios agrarios que asesoren en este tipo de producción, un mercado de venta directa de estos productos y la dinamización del banco de tierras para favorecer la incorporación de nuevos agricultores.