Las primeras estimaciones de la próxima campaña citrícola apuntan a que habrá menos producción, especialmente de la principal variedad cultivada en Castellón, la clemenules. Un descenso que irá acompañado de una reducción en el número de contratos temporales para afrontar la temporada. La situación contrasta con la experimentada en el 2020, cuando se produjo un boom laboral. En octubre del 2020 los contratos en agricultura crecieron un 91% en la comarca de la Plana Baixa sobre el mismo periodo del año anterior.

«A menos aforo, menos contratos», señala el secretario general de la Unió de Llauradors, Carles Peris. Una idea en la que coincide el director de la cooperativa Sant Josep de Burriana, Juan Vicente Moros. Además, será Castellón la zona en la que más bajará la producción, debido a una merma de entre el 15 y el 20% de la clemenules. «En cambio, el resto de variedades tendrán cifras más estables e incluso habrá algunas con un ligero incremento», destaca Carles Peris. A este porcentaje, añade, hay que sumar la fruta que no podrá comercializarse por estar afectada por la plaga del cotonet

Por parte del grupo Noa’s, con amplia experiencia en las contrataciones temporales para las empresas citrícolas, señalan que en este momento todavía no ha comenzado el periodo de incorporaciones, «pero ya estamos con las actividades de formación», para aquellas personas interesadas en entrar en almacenes y cooperativas. Pese a que faltan unas semanas para tener los primeros datos, en esta compañía dudan de que se repita la «locura» que se vivió hace justo un año. «Aquello fue una situación excepcional, porque al aumento de la producción se unió la necesidad de disponer de personal de refuerzo ante casos positivos de coronavirus», apuntan.

Modelo

La mayor parte de empresas y cooperativas citrícolas «cuentan con un número estable de personal fijo discontinuo, que luego se complementa con gente de refuerzo, pero si hay menos actividad, la campaña de eventuales es más corta», comenta Moros. 

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Las últimas temporadas han estado marcadas por una gran diferencia de producción citrícola en la provincia. «La del 2019 fue la más baja de la historia, a la que siguió un fuerte repunte en el pasado año», detalló Peris. Por otro lado, hay fuentes del sector que advierten de que la disminución de kilos recolectados en el periodo 2021-2022 podría ser incluso más baja. «De hasta el 40 o 50% menos, ya que habrá menos producción por árbol, menos superficie cultivada, y mermas considerables tanto por la plaga del cotonet como por los efectos de la fuerte granizada» de este verano en varias localidades de la provincia.

Se repite el protocolo anticovid

Una de las grandes preocupaciones de la citricultura castellonense en el verano pasado fue la aplicación de los protocolos de prevención ante el coronavirus. Durante semanas hubo valoraciones de organizaciones agrarias y empresarios, de forma simultánea a las negociaciones entre las administraciones. Este año no existe tal preocupación, y las fuentes consultadas indican que se limitarán a repetir las normas marcadas en la campaña anterior que, añaden, permitieron mantener la actividad sin incidencias reseñables.

Por parte de la Unió, Carles Peris menciona que para la nueva temporada «solicitamos que los collidors que no residan en la Comunitat puedan tener acceso a vacunas, pero pocas diferencias habrá sobre el año pasado». Unas medidas que implican el uso de mascarillas tanto en almacenes como campos, manipular la fruta con guantes, la toma de temperatura antes de comenzar la jornada o la existencia de mamparas de separación entre el personal de las naves.

También se recomiendan los grupos burbuja, de forma que un posible contagio afecte al mínimo número de compañeros. Desde el sector se considera que la gran mayoría del personal ya está vacunado actualmente, o lo hará antes de que empiece la recolección, por lo que esperan que la nueva temporada sea más tranquila a nivel sanitario.