--¿Este verano, está siendo normal climatológicamente hablando?

--La estación estival de 2021, climatológicamente puede considerarse normal, con unas precipitaciones escasas de 15-20 mm en la zona litoral y con las temperaturas de los meses de julio y agosto, con valores superiores a las medias, han correspondido al escenario cálido instaurado a lo largo de los últimos cuarenta años. No obstante, esta normalidad se ha gestado en el marco de una dinámica atmosférica que se ha mostrado coherente con la teoría del cambio climático previsto. Dinámica configurada con acusadas olas de calor, bajas depresiones térmicas peninsulares, situaciones tormentosas, granizadas y pedriscos y frecuentes lluvias de tierra e inundaciones. Todo ello presidido por la acusada presencia de la masa de aire africana que, con alteraciones locales de estabilidad, ha determinado valores de récord absoluto de temperatura en Castellón. Este ha sido el registro de 42,6ºC en la misma estación universitaria del Faro del Puerto de Castellón y los 40,6 ºC de la propia capital entre las jornadas del 13-14 de agosto que han igualado el valor anterior de récord de 2009.

"La ola de calor africano trajo valores de récord absoluto de temperatura en Castellón"

Hemos tenido un episodio de pedrisco en Castellón que causó daños materiales el 31 de julio ¿es inhabitual un episodio tan generalizado en pleno verano?

 Precisamente esta dinámica atmosférica ha sido la responsable de otro de los procesos extremos, el episodio de pedrisco del 31 de julio. Realmente los episodios de granizo no son excepcionales y casi puede decirse que son casi anuales, lo excepcional es que la situación de este mes de julio fue de pedrisco ya que los núcleos de hielo tenían más de 5 mm de diámetro y de ahí las graves consecuencias provocadas. Esta naturaleza de pedrisco en las zonas litorales ha sido lo inhabitual ya que las situaciones de granizo no son tan excepcionales y suelen acontecer durante el verano, entre mayo y noviembre, ya que es cuando se dan las condiciones atmosféricas propicias: el fuerte movimiento vertical del aire por convección y por la aceleración de todos los procesos de cambio de estado de la humedad. Por ello, estos procesos tormentosos son fenómenos atmosféricos muy vinculados a regiones de intenso calentamiento superficial del aire y de alimentación de humedad tal y como se presentan las regiones litorales del Mediterráneo.

Estas corrientes ascendentes son así más intensas si paralelamente al calentamiento y a la elevada humedad superficial existen masas de aire frío en los niveles medios y altos de la troposfera que ayuden a que el aire elevado, menos denso, alcance mayor velocidad y altura de enfriamiento, engendrando nubes de tipo cúmulo, con un gran desarrollo vertical y que pueden formarse en apenas 5 o 10 minutos, con velocidades ascendentes de aire de más de 25 o 30 m/s. Velocidades que pueden elevar gotitas de agua con diámetro de 5 mm y que alcanzan capas atmosféricas altas con temperaturas por debajo de los –15 o –20 °C. Los cristales de hielo se engruesan en detrimento y a expensas de las gotitas de agua. De ahí que todos estos procesos dependan de la intensidad de la convección superficial, es decir de la conjunción de temperaturas muy elevadas, alta evaporación y también alta humedad relativa junto a factores orográficos que disparen ascendentemente los vientos venidos del mar.

"Lo excepcional del pedrisco de este mes de julio es que los núcleos de hielo tenían más de 5 mm de diámetro"

La ola de calor del 15 de agosto ¿trajo récords en Castellón? ¿Fue algo extraordinario?

Así ha sido ya que hemos registrado el récord absoluto de calor desde 1912. Este récord se situaba en los 40,6 ºC del mes de julio de 2009, y ha sido netamente superado por los 42,6 ºC que registró la estación universitaria ubicada junto al Faro del Puerto de Castellón en los últimos instantes del día 13 de agosto. Un valor realmente elevado y que respondió a los procesos atmosféricos de reventón térmico (downburst) que se dieron. Procesos que se enmarcan en el seno de las dinámicas amosféricas de las olas de calor. Olas que se producen bajo la fortísima insolación que afecta a la Península y que suele generar acusadas depresiones térmicas en el seno del gran anticiclón dinámico de las Azores. Si estas depresiones se extienden, uniéndose a la situación sobre el N de África, determinan una llamada de aire seco y cálido del Sahara. Ello origina la elevación notable de la temperatura y de la sequedad que caracterizan las olas de calor, con valores frecuentes de 35° a 40 °C y humedades relativas inferiores al 20-30% en las horas centrales del día.

El fenómeno excesivo anterior, al acumular una extraordinaria energía puede traducirse en la formación de chubascos tormentosos de escasa duración pero de gran intensidad y, en ocasiones, aparato eléctrico. Su época de mayores frecuencias es el estío, siendo agosto y septiembre los meses que registran mayor número. Con todo, la atmósfera ha de contar con procesos que alimenten la convectividad térmica creada en las capas bajas. Ello puede suceder mediante dos mecanismos. Uno es la entrada de aire del Mediterráneo que alimenta en humedad la gran espiral convectiva creada por la turbulencia térmica y el otro por la advección fría de altura, que al situarse sobre el eje de la depresión térmica en superficie, ahonda el embudo depresionario y la inestabilidad. Esta corriente descendente de lluvia al encontrase con una capa de aire cálido y seco que intensifica la evaporación de la humedad genera un mayor calentamiento que al llegar a superficie aumenta la temperatura por compresión y dispersión radial. Tal es la situación de inversión térmica que favoreció este proceso, con 31 ºC en el pico de Fredes a 1230 m, y tan sólo 26ºC en el Faro del Puerto de Castellón en los momentos previos.

 ¿Han aumentado las noches tropicales en los últimos años en la provincia? ¿A qué se debe?

 En realidad esa situación, noches tropicales, referida a temperaturas nocturnas superiores a 25 ºC, han venido en aumento a lo largo de los últimos 40 años, simultáneamente al aumento térmico general. Las temperaturas medias mínimas han experimentado un aumento de 2ºC en la región valenciana entre 1950 y 2020. La causa de este aumento, casi el doble que el de las temperaturas medias máximas, si bien pone de relieve el papel del crecimiento urbano en los registros de la temperatura, no explica que las temperaturas mínimas se hayan elevado igualmente en los observatorios de altura o en las islas Columbretes. En estas islas, la temperatura media ha aumentado 1,5 ºC entre 1906-925 y 1992-2020, un aumento semejante al del observatorio de Castellón. Consecuentemente estamos ante el mismo proceso general de calentamiento climático que afecta a la misma dinámica atmosférica. Una dinámica que viene reflejada en el mismo aumento de las lluvias de tierra que es ya notable desde fines del siglo XX.

En cuanto a la temperatura del mar, ¿es la habitual en esta época del año? ¿Supondrá un riesgo de gota fría?

 Las medidas más rigurosas permiten estimar que la temperatura media de la capa superficial en las aguas mediterráneas se ha elevado entre 0,8 y 1 ºC entre 1950 y 2020. Un aumento que ha sido más acusado en los meses estivales y cuya génesis recae sobre la radiación solar y los procesos de evaporación. En esos meses precisamente es cuando los efectos convectivos y de aporte de humedad pueden jugar un activo papel en las situaciones tormentosas e inestables asociadas especialmente a las DANAS. De ahí que esa conservación de la energía siempre constituya un factor potencial que es activado en cuanto las masas de aire frio comiencen a aproximarse al Mediterráneo. De ahí que septiembre y octubre sean los meses propicios por conseración de la temperatura marina y aproximación de la masa polar.

"La temperatura media de la capa superficial del mar mediterráneo se ha elevado entre 0,8 y 1 ºC entre 1950 y 2020"

¿Cómo se presenta el comienzo de septiembre?

   Parece que el mes de septiembre comienza con cierta inestabilidad, si bien los valores de temperatura y precipitación proyectados por los principales modelos para este mes se mantienen en la normalidad. Ello supone situarnos en una temperatura media mensual de 23 ºC y precipitaciones ya de sobre los 50 mm.

Está hablándose del último informe sobre el cambio climático ¿qué efectos puede tener en nuestra provincia?

  En la escala regional, los últimos informes del IPCC (Panel Intergubernamental para el Cambio Climático), establecen que nuestra región mediterránea será la más vulnerable de Europa a los efectos del Cambio Climático. Vulnerabilidad debida a que, simultáneamente al aumento térmico regional de 1,5 a 3ºC, a lo largo del siglo XXI, se producirá una notable reducción de los recursos hídricos. como consecuencia básica de dos procesos atmosféricos. El primero sería el desplazamiento hacia el norte de la zona frontológica de formación de borrascas entre el fluido atmosférico polar y el tropical. El segundo proceso, será la intensificación del ciclo hidrológico, vinculado al aumento térmico global. Ambos procesos parecen incuestionables e inequívocos como causa del mayor problema regional en los próximos veinticinco o cincuenta años: un proceso de desertificación. Un efecto que viene reflejado en las tendencias climáticas actuales y que especialmente se acentúan de sur a norte de modo paralelo a la presencia de la masa de aire sahariana. Tal es la evolución de las precipitaciones que viene mostrando una reducción de hasta un 15 % en Murcia y Alicante y de un 5% en el norte de la Comunitat Valenciana.

"Nuestra región mediterránea será la más vulnerable de Europa a los efectos del Cambio Climático"

¿Qué cambios podemos hacer para adaptarnos o evitarlo?

 Consecuentemente, uno de los los principales retos científicos de la climatología mediterránea se centra en el análisis del proceso de desertificación que podría sobrevenir bajo los efectos de un cambio climático. La aplicación analítica al Sistema Hidrográfico integrado de las cuencas de los ríos Júcar y Segura, actualmente con recursos hídricos muy ajustados, desprende que podrían estar gravemente comprometidos ante la notable reducción de un 22 % que supondría un clima con una temperatura elevada en 1 ºC y disminuido en un 5% de su precipitación media actual.

Evidentemente que todo lo concerniente a los recursos hídricos adquiere una importancia vital. De ahí que los protocolos de mitigación y adaptación sean ya urgentes. Protocolos que tienen en su eje las políticas de gestión y transferencias del agua, así como la prevención de avenidas mediante una ordenación territorial adecuada. Todo ello bajo una eficaz acción sobre nuestro actual sistema energético, muy basado en combustibles fósiles y cuyo impacto en la alteración de la química atmosférica es la causa, no única, pero si principal del cambio climático. En efecto, como dice nuestro Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático, no es lo mismo planificar para un aumento de dos grados que para un calentamiento de cuatro grados que ya podría ser irreversible.

La investigación, rigiendo la eficiencia y solidaridad internacional, en síntesis el desarrollo sostenible, debe ser el mejor camino para preserva el ecosistema para las generaciones futuras. Es inconcebible que, obtenido un irrefutable consenso científico, algún interés pueda conducir a un holocausto en tan sólo 25 ó 50 años

Entretanto, no cabe la inactividad, Las mismas medidas contra el Cambio Climático, son esenciales para la preservación del Ecosistema. Conservación que URGE ante un crecimiento demográfico que, “very likely”, podría duplicar la población mundial a fines del siglo XXI. En el momento actual nada parece todavía fuera de control. Incluso aceptando que el cambio climático es inducido por la actividad antropogénica, el hombre tiene capacidad para adaptar su modelo energético y de gestión de recursos a un desarrollo sostenible.

"Nada parece todavía fuera de control. Incluso aceptando que el cambio climático es inducido por la actividad antropogénica, el hombre tiene capacidad para adaptar su modelo energético y de gestión de recursos a un desarrollo sostenible"

Las investigaciones en energías renovables, con la esperanza, entre otras, del hidrógeno tanto como reactivo con el oxígeno para formar agua liberando energía, así como con su propia fusión en núcleos más pesados de helio, no carece de bases optimistas en la investigación actual.