Dos vuelos que salían en la mañana del domingo de Bucarest en dirección al aeropuerto de Castellón y a Alicante, operados por la compañía WizzAir, dejaron en tierra a unas 40 personas en Rumanía. Según informó À Punt Notícies, el avión que se dirigía a tierras castellonenses salió con una hora de retraso, pero aún así muchos pasajeros no pudieron llegar a tiempo. Según explicaron los propios usuarios, el problema fue que el escaso personal del aeropuerto rumano no podía hacer frente con suficiente rapidez a todos los viajeros que necesitaban facturar.

Fuentes del aeropuerto de Castellón confirmaron que la previsión de dicho vuelo era que llegasen entre 140 y 145 pasajeros, pero llegaron 132. Todo apunta a que algunos de los viajeros que se dirigían a Alicante también se quedaron en tierra, mientras otros usuarios denunciaban overbooking, es decir, que habían vendido más billetes de lo reglamentario, o falta de datos sanitarios.

La situación en el aeropuerto de Bucarest resultó caótica, con niños durmiendo en el suelo y familias separadas, como un pasajero al que no pudieron acompañar su mujer y su hijo, por lo que ahora buscan la manera de que ambos puedan volver a España.

WizzAir ofrece para los que no pudieron embarcar, un vuelo para miércoles o jueves por 38 euros más, pero algunos pasajeros no pueden esperar ya que muchos de ellos volvían el domingo a Castellón porque este lunes tienen que trabajar. El malestar cundía entre ellos, como el caso de Manuela, que aseguraba que la aerolínea los había engañado, tras quedarse en Bucarest