Los estudiantes o la clase política no son los únicos colectivos que inician curso con la llegada del mes de septiembre. El pequeño comercio, que aporta vitalidad los centros de las localidades de Castellón, ya ha dejado atrás los carteles de rebajas para empezar a mostrar las novedades de entretiempo. La secretaria general de Covaco Castellón Confecomerç, Teresa Esteve, señala que en esta ocasión hay un factor que aporta esperanza: el alivio de las restricciones implantadas este verano por la quinta ola del coronavirus. «Los que formamos parte de esta actividad pensamos que la etapa que empezamos ahora y se quiere culminar el día 9 d’Octubre tendrá cosas positivas para el comercio, ya que la gente podrá salir más y en horarios más amplios, y eso tiene repercusión en que la gente tendrá más ganas de consumir, con su repercusión en la economía».

Es el clavo al que se agarran, después de un periodo estival en el que no han logrado completar las expectativas depositadas. «La época de rebajas y la campaña de verano han sido mejores que la de hace un año, pero todavía se está lejos de los niveles alcanzados en el 2019», afirna Esteve, algo que atribuye a factores como las limitaciones del covid a lo largo del verano. También menciona que el movimiento de compras en los últimos meses «ha dependido mucho de los municipios, porque los más turísticos han registrado más visitantes con su efecto en el comercio, mientras que en otros puntos se ha notado que mucha gente se ha ido de vacaciones o se ha desplazado a otras localidades», con su consiguiente efecto en las cajas de las tiendas.

Cierres por vacaciones

Si el año 2020 fue atípico por el confinamiento de la población y la escasa actividad turística, lo que hizo que muchas empresas optaran por seguir con su actividad en épocas propias de las vacaciones, en esta ocasión se ha recuperado esta tendencia. La representante del colectivo de comerciantes apunta a que también se ha dado en las propias tiendas. «En algunos casos han limitado el horario, en función de la clientela, mientras que otros han cogido unos días de descanso, después más de un año de actividad continua y para liberarse de toda la incertidumbre que todavía tenemos».

De paso, estos días de descanso han servido para, en muchos casos, ahorrarse la fuerte subida de los costes de la energía. Teresa Esteve detalla que en modelos de comercio, «como las tiendas de ropa, en los últimos años se han hecho inversiones para cambiar las luces a leds, pero hay casos como las carnicerías, que necesitan de tener cámaras conectadas las 24 horas y les afecta el incremento de la factura». Tanto que en algunos casos la subida del precio de la energía «ha llegado a ser de 200 euros mensuales, que suponen un golpe muy fuerte entre todos los gastos fijos que hay que asumir». Por eso, desde el sector del pequeño comercio se pide a las administraciones que medien soluciones, ya que encima no pueden cargar este sobrecoste a sus compradores. 

A la espera de que haya vida social y más celebraciones

Pese a que las últimas estadísticas indican que ha habido un incremento progresivo del gasto doméstico en los últimos meses, el segmento del textil todavía no lo aprecia con la suficiente fuerza. Uno de los alicientes para los próximos meses es el regreso de las actividades sociales, si el proceso de vacunación aporta las necesarias garantías y la evolución de la pandemia lo permiten. «Al estar la gente más tiempo en casa se ha reducido el gasto en ropa, y esperamos que la tendencia empiece a cambiar en unos meses», detalla Esteve. Lo mismo ocurre con la recuperación progresiva de las celebraciones, en la que el gasto en ropa y complementos tiene un papel básico. Hasta ahora este regreso se ha hecho con pocos invitados.