Ahora que la quinta ola amaina y se reduce la presión asistencial por el coronavirus en los centros de salud, la relativa y figurada tregua que se vive en Atención Primaria parece tener los días contados. El motivo no es otro que el cierre de los vacunódromos previsto para finales de septiembre, lo que supondrá que serán los centros de salud los que vuelvan a centralizar la inmunización frente al virus. A esto se suma otra circunstancia como es la campaña contra la gripe, que el año pasado se adelantó a principios de octubre para inmunizar cuanto antes a los más mayores para evitar un colapso en el sistema debido a la falta de una dosis frente al covid-19, aunque este ejercicio todo apunta a que podría arrancar semanas después.
El portavoz del Foro de Médicos de Atención Primaria de la Comunitat Valenciana (Fomap-CV), José Manuel Peris, confió en que el fin de las vacaciones para el personal sanitario permita, a partir, de octubre avanzar en el trabajo atrasado en cuanto al control de enfermos crónicos y que la campaña de vacunación antigripal venga acompañada por un incremento de personal.
Por su parte, la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) alertó ayer de que la clausura de los espacios habilitados para vacunar contra el coronavirus «no hará sino saturar aún más unas instalaciones sanitarias que se encuentran totalmente colapsadas desde hace meses».
Desde el sindicato han recordado que, al hecho de que este año «no se estén sustituyendo las bajas ni las vacaciones del personal sanitario, se suma la falta de inversiones para reforzar unas plantillas que, debido a las consecuencias de la pandemia, se encuentran totalmente desbordadas».
CSIF ha pedido a la Conselleria de Sanitat que clarifique a la mayor brevedad qué recursos piensa destinar para desarrollar con éxito estas futuras vacunaciones, así como si va a destinar a los centros de salud personal extra de refuerzo para llevarlas a cabo, sin que afecten a la actividad habitual.
El sindicato advierte de que la «altamente preocupante» situación en Primaria con listas de espera que superan, en ocasiones, los diez días para ser atendido de forma presencial, puede empeorar cara al otoño.