En especial en la franja litoral, y sobre todo en el área que va de Almassora a Benicàssim --donde no hubo la semana pasada tratamiento aéreo--, una plaga de mosquitos está azotando Castellón, donde las picaduras son norma. El problema se agrava y la recta final de verano puede ser peor: preocupa la previsión de lluvias que se espera para el final de la semana.

Las tormentas de finales del mes de agosto encendieron la mecha de una traca que ha explotado en los últimos días. El cóctel de aguas estancadas y altas temperaturas auguraba una plaga. Pese a la inmediata activación de los tratamientos terrestres por parte de los ayuntamientos afectados y la Diputación, se hizo necesario recurrir a la fumigación aérea durante la semana pasada.

Así, a petición de la Diputación de Castellón, la Conselleria de Sanitat autorizó estos vuelos puntuales, los únicos que permite la Unión Europea, que prohíbe los tratamientos aéreos indiscriminados. De este modo, durante dos  días de estrategia aérea se fumigaron las marjales de Almenara, la Llosa, Xilxes, Moncofa, Nules, Burriana, Orpesa, Torreblanca, Cabanes y Peñíscola. Un total de 1.700 hectáreas abarcadas por el helicóptero, herramienta clave para atajar la proliferación de dípteros porque se gana en velocidad al llegar a más lugares (algunos de ellos de difícil acceso). Sin embargo, los trabajos no incluyeron zonas ahora conflictivas de la costa como Castelló y Benicàssim. 

Las fuentes consultadas por este diario explican que Almassora --donde se sigue reforzando el tratamiento terrestre-- solicitó la intervención del helicóptero, pero se le denegó al carecer de plan de vuelo y no cumplir con condiciones como la distancia mínima entre las zonas a fumigar y viviendas. Con Castelló y Benicàssim el escenario es distinto. Sanitat aseguró ayer que «no ha recibido ninguna solicitud de tratamiento aéreo». La Diputación añade que estos ayuntamientos no tenían sus necesarios planes de vuelo y por eso no hubo fumigación aérea.

La discordia

Así las cosas, fuentes del Ayuntamiento de Castelló indicaron que ya se ha enviado a la Generalitat el mentado plan de vuelo, y que se está a la espera de que se autorice. Benicàssim, finalmente, exigió a través de un comunicado que «la Generalitat valenciana actúe delimitando y catalogando de una vez por todas el humedal, lo que permitirá que la zona pueda ser tratada como el resto de marjales de la provincia realizando, por ejemplo, fumigaciones aéreas»; y también reiteró, pese a las explicaciones del ente provincial, «la necesidad de que la Diputación de Castellón incluya a Benicàssim en los planes de vuelo para fumigar en las zonas no urbanas». Unos y otros han reforzado los tratamientos terrestres. También de manera conjunta: durante esta semana se va a programar el trabajo coordinado entre Benicàssim y Castelló en el camí La Ratlla para incrementar la efectividad de las actuaciones.