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El negocio del sexo mueve cerca de 300 millones de euros en la comunitat

El Consell pide a las policías locales mayor control sobre la prostitución en Castellón

La Conselleria de Justicia insta a los ayuntamientos a aprobar ordenanzas que permitan multar a los clientes

Prostitución en el Caminàs

Prostitución en el Caminàs

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Prostitución en el Caminàs Sara Ríos

El negocio del sexo mueve en la Comunitat cerca de 300 millones de euros al año, según estimaciones de la Conselleria de Justicia que eleva, al menos a 10.000 las víctimas de la prostitución, aunque la clandestinidad de esta actividad imposibilita hacer una radiografía cuantitativa de la problemática social. Ayer, con motivo del Día Internacional contra la Explotación Sexual y la Trata de Personas, el foco mediático volvió a ponerse en aquellas mujeres explotadas por mafias y redes, que se encuentran totalmente silenciadas.

En estos momentos, como informó ayer Mediterráneo, preocupa y mucho dos aspectos. Por un lado, que cada vez sean más jóvenes los clientes y, por otra, el hecho de que, con la pandemia, la prostitución se haya invibilizado todavía más si cabe al emplear pisos clandestinos en detrimento de la calle y los prostíbulos. Una situación que dificulta el control policial y la lucha contra esta práctica que debe ser reprobada.

Intensificar la vigilancia a modo sancionador y disuasorio y poner el foco en el cliente con la conveniencia de aprobar, por parte de los ayuntamientos, sanciones para aquellos que consumen prostitución son dos medidas que ayer puso sobre la mesa la consellera de Justicia, Interior y Administración Pública, Gabriela Bravo, quien urgió a modificar las leyes estatal y autonómica para dar cumplimiento al Pacto de Estado sobre la materia y considerar a las mujeres prostituidas como víctimas de violencia de género.

Imagen de dos mujeres en el Caminàs, a la altura de Castelló, donde a diario hacen guardia en busca de clientes en unas pésimas condiciones. Mediterráneo

Bravo planteó estas propuestas en unas jornadas celebradas en Valencia para abordar esta problemática. En este foro, instó a los ayuntamientos de la Comunitat a aprobar ordenanzas abolicionistas que sancionen solicitar o aceptar servicios sexuales retribuidos y que prohiban conductas que favorezcan y promuevan el consumo de prostitución como anuncios, tarjetas o folletos. Para ello, existe una red de municipios libres de trata en la que hay 40 localidades de la Comunitat, ninguna de ellas en la provincia de Castellón.

La titular de Justicia e Interior del Consell ha reivindicado que la prostitución «alimenta la trata de mujeres y es una muestra más de la desigualdad entre géneros y, por tanto, una cara más de la violencia de género». Por ello, la única respuesta «compatible con los derechos humanos y con la democracia es la abolición», apostilló.

Inspecciones

En los últimos cinco años, tan solo se han identificados a 74 víctimas de este delito entre las tres provincias, según datos del Ministerio del Interior. Una cifra que constata la conveniencia de que las policías locales «intensifiquen las inspecciones realizadas en los locales sospechosos de acoger prostitución». 

Y es que los datos sobre inspecciones, controles, sanciones o detenciones relacionadas con la prostitución resultan, en ocasiones, difusas y constatan las dificultades que tienen los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado para perseguir la explotación sexual que cada vez se esconde más en pisos particulares o en clubes que engañan a las autoridades funcionando con licencias de actividad de ocio u hostelería.

Desde Justicia también plantearon aumentar la información y la formación de los profesionales de entidades públicas y privadas como centros de salud, educativos y sociales para que ayuden a detectar posibles indicios de trata.

Uno de cada cuatro hombres consume prostitución

«No ganamos en siderurgia, no ganamos en minería, ganamos en putas», asegura el proxeneta Romeo, encarnado por Asier Etxeandia en la primera temporada de la exitosa serie de Netflix Sky Rojo. Una producción protagonizada, entre otros, por el actor castellonense Miguel Ángel Silvestre que muestra con cierta banalidad y romanticismo el problema de la prostitución, pero refleja, aunque en la ficción, este submundo tan extendido en España. Y es que nuestro país es el que tiene mayor demanda de sexo pagado en Europa y el tercero a nivel mundial. Así lo recoge un informe de Naciones Unidas, que refleja que el 39% de los varones españoles ha pagado en alguna ocasión por mantener relaciones sexuales. España no es solo líder en consumo de prostitución, también es uno de los principales destinos de tráfico de mujeres del mundo.

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