Castelló retoma poco a poco su agenda festiva ahora que la pandemia empieza a mitigarse gracias a la vacunación, que ha permitido reducir la incidencia y, por tanto, los contagios. De todos modos, siempre siguiendo las medidas anticovid, se están volviendo a programar actos tan tradicionales como el homenaje a Tombatossals que, tras no haber podido celebrar su 40º edición por la pandemia, ayer hizo lo propio en su 41º aniversario. La conmemoración tuvo lugar en el Molí la Font, porque desde este emblemático paraje Tombatossals salió para conquistar las islas Columbretes, según reza la mitología castellonense.
En el acto participaron miembros de la Germandat dels Cavallers de la Conquesta, Na Violant d’Hongria y sus dones de companya, entre la treintena de personas presentes. También han asistido familiares del escritor Josep Pasqual i Tirado. Hubo una importante ausencia, como resaltó el prohom de la Germandat, Lui Oria, la de la Colla de Dolçainers i Tabaleters de Castelló, que tradicionalmente siempre han puesto la nota musical en el homenaje tocando la Marxa de la Ciutat. "Desde el Ayuntamiento no se autoriza ahora música en este paraje porque argumentan que hay contaminación acústica que afecta a los murciélagos", ha lamentado Oria, quien ha alertado del "estado lamentable" que presentaba el Molí la Font.
Los encargados de las lecturas durante el tributo han sido el gerente del Patronato de Fiestas y miembro de la Germandat, Vicente Montolio, que ha leído un fragmento del poema de Miquel Peris i Segarra, mientras que fue la viuda de Josep Antoni Prades, Fina Irún, la que leyó el poema del querido castellonense.
Este homenaje ha sido una de las citas festivas del fin de semana, en el que también han arrancado las festes de carrer. La calle Santa Bárbara ha sido la primera en abrir la agenda.
