El uso masivo de los cajeros automáticos fue un punto de inflexión, y el proceso de digitalización en el que se hallan inmersas las entidades financieras acelera los cambios. Cada vez hay menos oficinas bancarias en Castellón, algo que ya sufren desde hace años en las localidades del interior, y que también empieza a hacer mella en municipios medianos.
Los últimos datos facilitados por el Banco de España, correspondientes al segundo trimestre de este año, revelan que quedan 255 sucursales abiertas. Un 6,25% menos que un año antes, cuando se disponía de 272. Si en el primer tramo del año se cerraba una oficina al mes, ahora se duplica el ritmo, con seis oficinas que bajan la persiana en un trimestre.
La sangría viene de largo, ya que la tendencia a la baja comenzó hace más de una década, con la crisis económica y el proceso de fusiones. En septiembre del 2008 eran 684 las sucursales disponibles, la cifra más alta de la serie histórica en Castellón. Ahora quedan menos de la mitad.
«Las personas mayores o las familias en situación de vulnerabilidad cada vez tienen más problemas para tener una atención presencial»
Otro aspecto a tener en cuenta tiene que ver con la concentración. Más de dos tercios de municipios de la provincia carecen de este servicio básico, por lo que tienen que desplazarse a localidades vecinas para poder realizar una gestión con su entidad. La tendencia seguirá en los próximos meses, cuando finalice el proceso de fusiones y ajustes de algunas de las principales entidades.
Sectores afectados
Desde la Unión de Consumidores de Castellón, Juan Carlos Insa señala que este proceso «es anterior a la pandemia, con un cierre de sucursales que es generalizado». La concentración de entidades justifica una parte del fenómeno, pero no es esta la última razón. Hay gente que hace años que no pisa su sucursal, y se maneja sin problemas con el uso de los cajeros automáticos para disponer de efectivo, mientras utiliza la banca electrónica para el resto de gestiones. «Esto lo acaban pagando los grupos de la sociedad menos digitalizados, como las personas mayores o las familias en situación de vulnerabilidad, que cada vez tienen más problemas para tener una atención presencial», añade Insa.
El secretario general de la federación de servicios de CCOO en Castellón, Javier Porcar, lamenta que cada vez «hay más zonas que se quedan sin servicio, y la atención ha empeorado en las zonas rurales, lo que obliga a los clientes a desplazarse en coche».
«La atención ha empeorado en las zonas rurales, lo que obliga a los clientes a desplazarse en coche»
Para poner remedio a este fenómeno la Generalitat, a través de la Agenda Valenciana Antidespoblament (Avant), ultima la puesta en marcha de cajeros automáticos en las localidades del interior, que serán gestionados por CaixaBank. Castellón contará con 53 de los 135 con los que contará el territorio autonómico. El president de la Generalitat, Ximo Puig, ya avanzó que el primero de ellos se ubicará en Vallibona. Además, esta entidad también dispone del servicio de oficina móvil, que atiende a 35 localidades de la provincia..
El doble de cajeros que de oficinas
Un reciente informe del Banco de España mostró que Castellón cuenta con 811 puntos de acceso al efectivo, que incluye tanto a cajeros automáticos como a sucursales. Esto revela que por cada oficina bancaria existen dos máquinas para obtener dinero y realizar gestiones como ingresos o el pago de recibos. El mismo documento indica que solo son 53 las localidades que cuentan con, al menos, un cajero automático, lo que afecta a una población total de 25.366 personas. Además de la iniciativa de Avant, desde Correos también se trabaja en la instalación de dispositivos en sus oficinas, con el fin de paliar la desigualdad en los puntos menos poblados.
