Rodeada de representantes de la vida social, económica y académica de Castelló, pero, especialmente arropada por su familia y su equipo investigador, Dolores Corella, ha pronunciado este miércoles un emotivo parlamento de agradecimiento, tras recibir el II premio 'Mujeres del Mediterráneo' , en el que ha hecho, con una gran maestría y sentido del humor, un recorrido por su dilatada trayectoria.

Desde que era una niña precoz en los estudios en su localidad, Onda, hasta la actualidad, cuando se ha situado en una eminencia dentro de la la investigación genómica siendo pionera en España en la integración de la investigación genómica en la investigación epidemiológica tradicional para el estudio de las interacciones gen-ambiente en prevención de las enfermedades cardiometabólicas. 

Visibilizar el papel de la mujer

La doctora Corella lanzó un mensaje de agradecimiento por el premio recibido e hizo hincapié en la necesidad de visibilizar el papel de la mujer, no solo en la ciencia, sino en la sociedad en general. Desde un punto de vista cercano y pedagógica, hizo un didáctico repaso a su vida como investigadora, no sin antes mostrar su afecto y cariño a la alcaldesa de Onda, Carmina Ballester, con quien mantiene una relación de cercanía al ser amigas las familias.

«Hace falta la ciencia, los científicos y las mujeres»

Dolores Corella - Investigadora galardonada

«Su discurso me ha llenado el alma», aseguró Corella en cuanto a la sentida presentación que hizo la primera edila de esta vecina tan ilustre. «Hace falta la ciencia, los científicos y las mujeres», indicó.

Estudiante brillante

La catedrática de Medicina Preventiva y Salud Pública recordó con gran cariño como, desde pequeña, fue una estudiante brillante que tenía una gran facilidad por el aprendizaje. Corella reconoció sus logros académicos y sus esfuerzos haciendo bandera de que muy pronto supo que lo suyo sería la investigación biomédica para prevenir enfermedades. 

Tenía las cualidades necesarias para convertirse en una investigadora de renombre; capacidad, talento, pasión, esfuerzo y ganas infinitas por aprender. Siempre tuvo un abanico de ofertas para investigar, pero ella se decantó por una rama científica con poca proyección en aquel momento y muy desconocida.

Se decantó, gracias a una beca recibida, por el Instituto de Investigaciones Citológicas de València, donde tuvo al profesor Santiago Grisolía, discípulo de Severo Ochoa, como referente y guía. «Supe que quería investigar sobre el genoma, las causas genéticas de las enfermedades, yo no aceptaba el determinismo genético, yo quería romperlo, ver qué se puede hacer y neutralizar los riesgos».

Dolores Corella durante su discurso de agradecimiento. Manolo Nebot

Cualidades innatas

«Siempre he tenido claro que si no tienes especiales contactos que te promuevan, se asciende a base de estudio, esfuerzo personal y preparación», rubricó. Sabedora de que si quería progresar en un camino donde los americanos tenían el liderazgo y eran los hombres los principales actores, Corella se formó en el extranjero hasta completar su tesis doctoral en la Universitat de València, donde ingresó en el departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública, que logró posicionar en la investigación internacional a base de proyectos y publicaciones.

Retener el talento

«En España hay mucho talento, pero no tenemos medios. El nivel de preparación de nuestros doctorados es superior al de la mayoría de países», remarcó Corella, quien insistió en la necesidad de retener el talento para generar una masa crítica que permita a la sociedad avanzar», remarcó esta licenciada en Farmacia, quien, a pesar de haber podido elegir desarrollar su carrera investigadora en cualquier otro país, como EEUU, optó por quedarse en casa y contribuir a toda la sociedad con su conocimiento desde aquí.

«Dedico el premio a todas las mujeres, a su labor en esta sociedad», concluyó no sin antes recordar a su madre fallecida.