El Periódico Mediterráneo

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La Unió ve clave que la nueva normativa salga este mes, «normalice» las cajas-trampa y autorice el visor nocturno en caza

Los agricultores de Castellón urgen medidas ante el imparable avance de la plaga de jabalís

Los daños al riego por goteo, bancales y sensores de fumigar suponen hasta 9.000 € al año por finca

Plantación de maíz en Almassora afectada por el paso de dicha especie invasora de animales.

La superpoblación del jabalí en Castellón es «endémica» y no cesa. Cada año va a más y por ello los agricultores de Castellón están esperando como agua de mayo la nueva orden de la Conselleria de Agricultura que aportará más mecanismos para el control para frenar su avance. «Es una plaga que se ha agravado y va al alza en la provincia, donde ocasiona daños económicos gravísimos en todo tipo de cultivos: desde naranjos al cereal, el almendro, la alcachofa o el olivo», indicó desde la Unió de Llauradors, el responsable técnico del área de fauna salvaje, Francis Ferreres.

Evolución ascendente

Las capturas, a cada año que pasa, aumentan, no van a menos, y explicó cómo «en la campaña del año 2000, hace ya dos décadas, se capturaron 949 jabalís declarados; y en la más reciente del 2020, fueron 7.852. La cifra se multiplica por ocho y es un 727% más. De una media de cazar 380 al mes se ha pasado a 654. Y en los últimos años, la curva siempre ha sido al alza: 4.569 animales capturados en el 2010; 5.245 en el 2015, etc.». 

Desde sensores a tractores

Como ejemplo de su impacto, Ferreres estimó que «en una finca de 100 Ha, el agricultor puede cuantificar daños de hasta 9.000 euros al año». Y es que los jabalís «no solo rompen las ramas de los árboles, muerden las gomas del goteo hasta romperlas y hay que vigilar el sistema continuamente por si hay pérdidas. Hurgan el suelo con socavones que incluso han ocasionado que se rompa algún tractor durante el paso de fumigado en la noche, al darse una menor visibilidad. Y destrozan matas de tomate e incluso se comen mandarinas». Los sensores que programan la pulverización en naranjos son otro objeto de deseo.

Socavones en la tierra producidos por los jabalís tras escarbar la tierra en un huerto de cítricos. Mediterráneo

Regulación y sistemas de caza

La nueva orden autonómica, según la Conselleria de Agricultura, «está en su fase final» y desde la Unió recalcan que «ya tiene el informe favorable del Consell Jurídic Consultiu. Solo falta que se publique y todo apunta a que será en este mes de noviembre». Entre las novedades que aportará figura «facilitar y generalizar» la colocación de cajas-trampa (más que ahora) para cazar todo tipo de jabalís; y dotar de más medios a los clubs de caza para la batida nocturna de espera (no para la deportiva), «autorizando del uso de visores nocturnos y térmicos --ahora, se acude solo con arma y linterna--)». Todas estas medidas vendrán a complementar las ya conseguidas, como alargar la temporada de batidas y ganchos de jabalís --ahora en marcha, del 1 de septiembre hasta el 28 de febrero--.

Duermen en huertos abandonados cerca de la costa

Otro factor que preocupa a los agricultores es que se afianza la presencia de jabalís cada vez más cerca del litoral y zonas periurbanas. Se ven en la costa del Maestrat, por Benicarló-Peñíscola, en urbanizaciones y en fincas de alcachofa; o en la Plana Alta, cerca del Prat de Cabanes-Torreblanca; o incluso en Castelló. «El abandono del campo es una de las causas. El jabalí baja hasta el litoral y se acomoda a dormir en parcelas llenas de maleza que ya no se cultivan. Se queda a vivir allí y ya no vuelven a subir al monte», incidió.

Destrozos en los márgenes de un huerto. Mediterráneo

Desde la organización agraria manifestaron que se han probado medidas disuasorias pero no funcionan: ni vallado ni pastores eléctricos, «pues no se le pueden poner puertas al campo», ni tampoco balsas de hormigón junto al huerto, «para evitar que entren, pues el jabalí busca el agua, pero cuando se moja en ese depósito de hormigón, sale y vuelve a la finca: prefiere hurgar la tierra mojada». 

90 localidades en alerta

Los cuenteos y capturas en batidas dan cuenta del progreso de la «sobreabundancia» del jabalí en 54 municipios de Castellón --como Peñíscola y Torreblanca--; y objeto de vigilancia especial «en otros 36 --como Almassora, Castelló, Burriana, Vila-real, Benicarló o Nules--». Un 30% de la provincia, 2.125 km2, padece este problema, según el informe 2020 de Conselleria.

Carles Peris, secretario general de la Unió de Llauradors, ve clave que la Administración «impulse cuenteos en tiempo real para detectar a tiempo las plagas --como en Vilanova d’Alcolea, hace poco, de conejos--; evalúe la opción de contar con una plantilla remunerada para batidas de control, como en Cataluña; y dar salida al jabalí capturado en la industria cárnica». 

Pablo Molina, delegado de la Federación de Caza en Castellón, constató que «el jabalí va a más. Cazamos y cazamos y sigue ahí. En el campo destrozan ramas, goteo y hasta los sensores de los equipos programados para pulverizar naranjos. Dañan cualquier tipo de cultivo: desde cereal a trufa, almendros, naranjo, hortalizas, tenemos reclamación en la zona de Peñíscola-Benicarló-Vinaròs donde rompen las matas y el melón ya no tira. Es el pan nuestro de cada día. No paramos todo el año".

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