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juicio por violencia de género

Una maltratada de Castellón: «Me insultaba, me pegaba y llegó a orinarme encima»

Una vecino de Onda se enfrenta a 17 años por agresiones sexuales y maltrato

Imagen del procesado, custodiado ayer por dos policías nacionales en el banquillo.

Una mujer relató ayer al tribunal de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial los presuntos malos tratos sufridos a manos de su expareja, un vecino de Onda que se encuentra en prisión provisional y para quien la Fiscalía solicita 17 años de prisión por delitos de maltrato habitual, contra la integridad moral y agresión sexual continuada.

«Me llamaba puta, me pegaba puñetazos y me recriminaba que no hiciera las labores de la casa. Yo no quería tener relaciones sexuales, pero él insistía y yo le tenía miedo. Una vez llegó a orinarse encima de mí», explicó la denunciante en el juicio, protegida por un parabán. Mientras el procesado negaba con la cabeza desde el banquillo, la mujer recordó que su expareja le llegó a quitar el teléfono móvil y que no la dejaba hablar con su hija. «Fue ella quien avisó a la Guardia Civil porque estaba preocupada», dijo.

La hija fue llamada a declarar como testigo y afirmó que el acusado tenía «encerrada en la habitación» a su progenitora. «No me dejaba hablar con ella, pero yo la oía pedir auxilio de fondo. Mi madre me contaba que él la insultaba de forma habitual», incidió.

El procesado

Por su parte, el varón lo negó todo en su interrogatorio. Acusó a la víctima de denunciarle para conseguir una indemnización. «Yo no violo a una mujer así como así», apuntó el hombre, quien sin embargo dejó ver ciertas actitudes machistas en sus manifestaciones ante los magistrados al quejarse de que la mujer no supiera hacer comidas calientes.

Preguntado si en su habitación había algún cuchillo --puesto que la denunciante afirmó haber sido víctima de amenazas con arma blanca-- dijo que en su casa «si no había 150 cuchillos, no había ninguno porque trabajo en el rastro y compro muchas cosas».

Aunque el procesado negó las agresiones sexuales y el maltrato habitual, sí reconoció que uno de los días cogió «un ataque de nervios y perdí el control». «Nunca me había pasado, pero ella me arañó y yo le di un zapatillazo», señaló, a preguntas de la fiscal.

La sala tuvo algunos problemas para realizar una de las videoconferencias programadas con un perito y también para reproducir una grabación en la que se oía al procesado insultar a la víctima. El Ministerio Público aludió a que en esas imágenes el varón le decía a su entonces pareja expresiones como «guarra», «puta» o «debería rajarte el cuello», cosa que el acusado negó en rotundo.

Además de la pena de prisión, la Fiscalía pide una indemnización de 15.150 euros para la mujer por los daños morales y las lesiones sufridas. Y es que, según los forenses, la sintomatología depresiva que la afectada ya sufría antes aumentó a consecuencia de estos hechos, tal y como se pone de manifiesto en el escrito de acusación.

En las conclusiones, la fiscal del caso elevó las conclusiones a definitivas y el juicio quedó visto para sentencia.

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