La situación epidemiológica actual difiere y mucho de la de hace un año, cuando el Consejo Interterritorial del Sistema de Salud aprobó una especie de semáforo para medir el riesgo de coronavirus a la hora de aplicar restricciones. El objetivo era homogeneizar dichas medidas en todo el país. Gracias a la vacunación, ahora se ha logrado reducir los contagios y que la mayoría de ellos sean leves.
Por tanto, como llevan insistiendo los expertos en las última semanas, se van a suavizar los niveles de riesgo, de acuerdo a la incidencia acumulada poniendo más el foco en la presión hospitalaria. El Ministerio propuso ayer a las comunidades, en el seno de la Comisión de Salud Pública, esta flexibilización, fijando que el riesgo bajo de transmisión se eleve hasta una incidencia acumulada de 100 casos por 100.000 habitantes, frente a los 50 actuales y así de forma sucesiva.
Por tanto, la Comunitat pasaría de riesgo medio a bajo, mientras que la provincia lo haría de alto a medio, dado que, según la última actualización por provincias del Ministerio de Sanidad, este indicador se situaba en 166 puntos.
En la nueva versión del documento Actuaciones de respuesta coordinada para el control de la transmisión de COVID-19 el riesgo alto empezará a partir de 300, en lugar de los 150 que están contemplados en estos momentos, mientras que el medio se situaría entre 100 y 300. El muy alto estaría por encima de 500, en comparación con 250 actualmente.
La nueva normalidad pasará a circulación controlada
Además, se contempla el cambio de la concepción de nueva normalidad a circulación controlada cuando se detectan menos de 50 casos por 100.000 habitantes, frente a los 25 fijados ahora.
En cualquier caso, la incidencia acumulada no es la única variable que se analiza para decretar el riesgo de un territorio, sino que también se tienen en cuenta la presión hospitalaria o la tasa de positividad, por ejemplo.
