Quién iba a decirle a Severino en 2016 que el inocente regalo de un juguete de Lego a la hija de su mujer le llevaría cinco años después a reproducir toda una ciudad costera italiana, un castillo medieval así como el Fadrí, la Concatedral de Santa María o el Ayuntamiento de Castelló. “Como le costaba montarlo quise ayudarle y se despertó el niño que hay en mí. Compré unos sets y enseguida empecé a hacer mis construcciones propias”, recuerda este empleado de la construcción. 

Pese a que nació en Barcelona, Severino lleva ya una década en la capital de la Plana y se siente tan castellonense como el que más. Es por ello que ha querido recrear tres de los monumentos más emblemáticos de la ciudad: “Mi gran ilusión es poder exponerlos en Castelló. Lo he hecho ya en varias ciudades dentro de la asociación Valbrick a la que pertenezco, pero nunca aquí”.

La reproducción en Lego de la Concatedral de Santa María cuenta con la friolera de unas 35.000 piezas. ANDREU ESTEBAN

Lo cierto es que la pasión de Severino bien merece un reconocimiento, pues solo la Concatedral o el Ayuntamiento cuentan con unas 35.000 piezas pagadas de su bolsillo y tienen incontables horas detrás: “El Fadrí fue un poco más sencillo porque al final es un octógono, pero cuido todos los detalles de mis construcciones y el Ayuntamiento por ejemplo llega fácil a pesar unos 40 kilos, con lo que eso supone”. Y es que no oculta que esta pasión involucra a su propia familia: “Creo que mi mujer tiene tanto mérito como yo por la paciencia de aguantar tener en casa todo este despliegue de piezas. En la habitación del crío ahora he metido una ciudad medieval de Lego y en el bajo que tengo alquilado está todo lleno de recreaciones”.

En cuanto al tiempo que dedica a esta pasión, Severino admite que aprovechó el confinamiento al tener “más tiempo libre. Lo malo es que no podía acceder a muchas piezas y tenía que tirar de empresas españoles, pero esto al final es como mi válvula de escape y le dedico un par de horas al día entre semana y un poco más los fines de semana”. Añade a su vez el protagonista de esta historia que la citada asociación Valbrick está formada “por 45 miembros o locos de Lego”, de los que Severino es el único de Castelló.

Severino cuenta con un bajo en Castelló donde recrea, entre otras cosas, una ciudad costera italiana. ANDREU ESTEBAN

Los interesados en apuntarse a esta ‘locura’ deben saber que las piezas no se pueden manipular, tienen que ser todas originales e incluso algunos más ‘puretas’ ven con malos ojos que se fume delante de ellas: “Yo fumo, pero más de uno me ha dicho que se ensucian las piezas del humo”.