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ECONOMÍA

Los concesionarios de Castellón tienen 1.500 coches pendientes de entrega por la crisis de los microchips

La falta de suministros alarga los plazos hasta ocho meses y lastra las ventas de automóviles en la provincia

Un cliente mira un automóvil nuevo en un concesionario.

Si es de los que piensa aprovechar las últimas semanas del año para comprar un coche nuevo tendrá que armarse de paciencia. Eso o recurrir al mercado de segunda mano. Y todo por culpa de la falta de semiconductores y microchips, componentes clave de los automóviles, que sigue impactando de lleno en los consumidores. En los concesionarios de la provincia la lista de espera es cada vez más abultada hasta el punto de que el sector estima que estos establecimientos tienen pendientes de entregar entre 1.000 y 1.500 turismos y todoterrenos a particulares y empresas de Castellón. Unas unidades, que en el conjunto del país superan las 100.000 y que ya se servirán en 2022, un año que se estrenará con una subida del impuesto de matriculación. 

Pablo Colom, secretario general de la Asociación de Talleres Reparadores de Automóviles de Castellón (Astrauto), asegura que las demoras en la llegada de vehículos a los concesionarios se arrastan desde hace varios meses y que la situación, lejos de mejor, es cada vez más grave. «Hay demanda, hay operaciones comerciales, pero el problema es que no hay coches», apunta. Y el canal que más está sufriendo las esperas es el de particulares, que es además el más importante, y eso pese a que las marcas están priorizando su producción hacia este segmento reduciendo sus entregas de flota, por ejemplo, a las empresas de alquiler de vehículos.

Aunque cada concesionario es un mundo (hay establecimientos en la provincia que tienen pendientes de entrega más de 300 vehículos y otros que no llegan a 100), la realidad es que la falta de vehículos es la tónica general. «Tenemos un estoc muy pequeño y, encima, la demanda no es la que era. Muchos clientes no saben qué coche comprar porque no tienen claro cuál será la normativa medioambiental dentro de unos años y eso, lógicamente, se nota, como también influye el hecho de que hay esperar unos meses para tener el vehículo», explica Fernando Castellano, jefe de Ventas de Satra, concesionario oficial de la marca Nissan en Castellón. Y como ejemplo de la falta de estocaje, pone un ejemplo: en estos momentos este establecimiento tiene apenas 40 vehículos en almacenamiento, mientras que en épocas normales la cifra supera los 200.

Año nuevo, impuesto al alza

Los plazos de entrega se eternizan y, aunque muchos conductores han optado por pasarse al mercado de la segunda mano (que ya empieza a tener falta de unidades), otros clientes prefieren esperar. El problema es que el año nuevo empezará con un alza de un 5% en el impuesto de matriculación y, aunque cada modelo se verá afectado en diferente medida (el 40% de los vehículos, no obstante, no verá aumentar su precio), entre los que sí lo harán se estima una subida de entre 500 y 1.000 euros. Una cantidad que, lógicamente, le tocará asumir al comprador. 

La demora en las entregas es una de las causas que explica porqué las ventas siguen evolucionando a la baja. De enero a noviembre se han matriculado en Castellón 7.702 turismos y todoterrenos, un 9,14% más que en el mismo periodo del año pasado. El mercado sigue deprimido y consideramos necesario que el Gobierno aplace la subida del impuesto de matriculación», defiende Raúl Morales, director de comunicación de Faconauto, la patronal española de los concesionarios.

¿Y cuándo acabarán las esperas? El sector cree que pasarán varios meses antes de que la situación vuelva a normalizarse. «Seguramente se necesitará todo el 2022 para regularizar la situación», aventura José Luis Cortés, gerente de Cobelsa, concesionarios oficial de Toyota en Castellón, que añade que el grueso de clientes ha asumido la situación. 

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