La reducción en el número de días en los que la flota pesquera provincial podrá faenar con la técnica del arrastre supondrá «la ruina del sector». Así de contundente se pronunció ayer el secretario de la Federación Provincial de Cofradías, Manuel Albiol, quien remarcó que este tipo de captura supone el 80% del total en Castellón.

La intención de la Comisión Europea de limitar el esfuerzo pesquero, lo que supone un recorte en el número de jornadas anuales que los barcos pueden salir al mar es «insostenible» porque con los actuales cupos, «ya cubrimos gastos y el margen de beneficio es muy justo». De aplicarse el plan plurianual anunciado, «no podrá mantenerse la actividad».

Las implicaciones en este territorio irían más allá de las que afectarían directamente a los pescadores. Las barcos amarrados no generan jornadales, «porque día que no pescas, día que no cobras». La consecuencia inmediata sería una evidente reducción del suministro de pescado a los mercados, pero también tendría una afección drástica en las cofradías «que tampoco podrían funcionar».

Controles propios

Europa justifica esta intervención en la conservación del recurso natural. Pero desde el sector provincial recuerdan que «ya realizamos paradas periódicas y vedas voluntarias desde hace mucho tiempo».

Las organizaciones empresariales y de trabajadores del sector de la pesca defienden que tanto las vedas como la reducción inicial del esfuerzo pesquero de los arrastreros en un 10% «han demostrado su efectividad con una disminución de las capturas de juveniles de hasta un 55% de merluza en el 2020», cuando el objetivo marcado se estableció en un 20%.

Los pescadores también están en contra de la aplicación de una cuota a la captura de gamba roja y defienden que no hay estudios que avalen que «la imposición de las mallas de 45-50 mm vayan a suponer un cambio favorable en el mantenimiento del recurso», dos condiciones que contempla el mismo plan comunitario.

Piden al Gobierno que medie ante la UE para defender los intereses de esta actividad económica y consideran imprescindible que Europa evalúe «los impactos de las medidas ya implementadas».

Reivindicación unánime

El problema que denuncia la Federación Provincial de Cofradías de Pesca lo comparten los países que faenan en el Mediterráneo occidental. De hecho, la movilización es general en España, Francia e Italia.

Las organizaciones profesionales --entre las que está la federación de Castellón-- recuerdan que «la obstinada aplicación del plan de gestión plurianual en el Mediterráneo occidental situará a la mayoría de las empresas por debajo de su punto de equilibrio», porque en los dos últimos años la reducción de la cuota permitida «supera en realidad el 20%», sin que se estén teniendo en cuenta los esfuerzos realizados para garantizar y recuperar la población de peces.