El sector cerámico de Castellón se encuentra en medio de una situación delicada como consecuencia del fuerte incremento de los costes energéticos para la industria. Un problema que ya tiene un efecto inmediato sobre las empresas, y que además dificulta el reto de la transición energética a la que tienen que enfrentarse los fabricantes en los próximos años.

Ante este panorama, la patronal azulejera Ascer y el conseller de Hacienda, Vicent Soler, viajarán el próximo 25 de enero a Bruselas para exponer al director general de Competencia de la Unión Europea, Olivier Guersent, los riesgos que el actual calendario de descarbonización entrañan para el futuro del sector. Así lo ha anunciado el propio Soler en la sede de Ascer, donde ha clausurado una jornada dedicada a los retos y oportunidades de la cerámica ante la transición energética.

El conseller destacó que el objetivo es "analizar la legislación aplicada en la Unión Europea" en materia medioambiental, "que puede hacer muy difícil" el futuro del sector. Por ello se busca abordar "una solución común con los representantes de la UE para avanzar en la lucha contra el cambio climático, sin que ello suponga un freno total al desarrollo de la industria cerámica". En el encuentro también participarán representantes de la patronal azulejera italiana -con problemas semejantes a los de la industria castellonense-, así como las eurodiputadas Inmaculada Rodríguez-Piñero y Elisabetta Gualmini.

Alejar el fantasma de la deslocalización

Recientes encuentros como el COP26 expusieron el compromiso de buena parte de países de todo el planeta para reducir las emisiones de CO2 y mitigar los efectos de un cambio climático que ya es una realidad. Pero los productores de cerámica de Europa cuenta con la particularidad de una normativa europea mucho más estricta que otros países que también elaboran este tipo de material, con lo que tanto Castellón (que concentra más del 90% de la producción de toda España) como Italia corren el riesgo de perder competitividad.

El secretario general de Ascer, Alberto Echavarría, detalló en el transcurso de la jornada que ante este panorama "vamos a ver casos de multilocalizaciones", de modo que habrá empresas que desarrollarán parte de su fabricación fuera de la Unión Europea, "y cuando los costes sean inasumibles habrá riesgo de deslocalización".

Ante este argumento, Vicent Soler expuso que la alternativa "para la reducción de emisiones no puede ser nunca trasladar la industria europea fuera de nuestras fronteras, la alternativa de lucha contra la emergencia climática consiste en ayudar a nuestras empresas a ser competitivas con unos niveles de emisiones menores y a apostar decididamente por la innovación y por la investigación en la búsqueda de fuentes de energía alternativas como el hidrógeno verde o el gas renovable".

"Coyuntura nada fácil"

El presidente de Ascer, Vicente Nomdedeu, destacó que la actual coyuntura "no es nada fácil", después de un 2020 "con resultados que pueden considerarse positivos, aunque con un descenso de la rentabilidad, y un 2021 en el que ha habido récord de ventas pero con márgenes de rentabilidad mucho peores", ya que al crecimiento de los precios del gas se suma la continua escalada del precio de los derechos de emisión de CO2.

Por otro lado, la jornada ha servido para poner de manifiesto la gran disminución de las emisiones de CO2 del azulejo desde 1980. Respecto a los planes de la Unión Europea, Nomdedeu expuso: "Tenemos que atravesar este camino, y hacer que a la vez las empresas sigan siendo viables".

La jornada detalló en qué punto se encuentra la investigación de medios alternativos al gas natural para hacer funcionar los hornos cerámicos, las propuestas que ha presentado Ascer al Gobierno y la Unión Europea para aliviar la actual asfixia en los costes, o las perspectivas futuras de venta de producto cerámico en la construcción.