La población de Castellón decrece en 1.068 habitantes durante la primera mitad del año. El Instituto Nacional de Estadística hizo públicos ayer los datos provisionales correspondientes al 1 de julio del 2021, que atribuyen a la provincia un total de 575.897 habitantes, frente a los 576.965 contabilizados a 1 de enero de 2021.  

Las causas

Este decrecimiento se debió, fundamentalmente, a dos factores. El primero, un crecimiento vegetativo negativo y el segundo, un saldo migratorio casi nulo.

Más muertes que nacimientos

Por un lado las muertes fueron superiores a los nacimientos en los primeros seis meses del año. Los datos experimentales del INE reflejan que en ese periodo nacieron 1.937 niños en la provincia, mientras que hubo más fallecimientos (algo más de 3.100). 

Saldo migratorio positivo

Mientras, el saldo migratorio con el extranjero se situó en -1.100 personas, ya que se produjeron 2.180 entradas desde terceros países y 3.280 emigraciones. A su vez, los movimientos interiores dejaron un superávit de  +1.233 individuos, ya que se produjeron 3.735 llegadas a Castellón desde otras provincias y 2.502 salidas de Castellón a otras provincias. El balance entre unos y otros dejó un resultado a favor de +133 pero no compensa el descenso poblacional. Los datos corresponden a los seis primeros meses del año.

En España

Esta situación no es exclusiva de la provincia de Castellón, ya que en el conjunto de España la población se redujo en 72.007 personas durante la primera mitad del año y se situó en 47.326.687 habitantes. Es la primera vez que se reduce desde 2016. Esta situación se debió a un saldo vegetativo negativo de 70.736 y un saldo migratorio prácticamente nulo de -366.

Los nacimientos no compensan

En concreto, en el conjunto del país se contabilizaron 157.184 nacimientos, frente a 227.920 defunciones. Mientras hubo 201.638 inmigraciones procedentes del extranjero y 202.004 emigraciones con destino al extranjero. 

La Comunitat, de las pocas que crece

La población se redujo en 13 comunidades, así como en las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, y creció en las cuatro restantes, entre ellas la Comunitat Valenciana, que llegó a 5.051.250 almas, lo que supone un aumento de 4.205 habitantes.

Los mayores descensos en términos relativos se dieron en Aragón (-1,33%), Principado de Asturias (-0,39%) y País Vasco (-0,38%).

En el otro extremo, los mayores incrementos de población se dieron en Región de Murcia (0,20%), Canarias (0,09%) y la Comunitat Valenciana (0,08%). 

La primera en saldo migratorio

En la Comunitat, tuvo un crecimiento vegetativo negativo ( -9.886) pero el saldo migratorio fue favorable. En concreto el exterior supuso un +8.156 mientras que el interior implicó un +6.023, siendo los más elevados de España. 

 Por detrás en saldo exterior se situaron, Canarias (5.365) y Andalucía (4.815). Por el contrario, Aragón (-15.874), Comunidad de Madrid (-5.007) y País Vasco (-2.081) ocuparon el farolillo rojo. En cuanto a migración interior, tras la Comunitat se situaron Andalucía (4.071) y Castilla-La Mancha (3.625) y en el furgón de cola quedaron Madrid (-12.862), Cataluña (-2.898) e Illes Balears (-2.397).