La zona de Rehabilitación del Hospital de la Plana de Vila-real se ha convertido en un ‘vacunódromo’ improvisado para captar a los rezagados que todavía no se han inmunizado, así como para inocular segundas dosis y terceras en los mayores de 60 años. Con una importante organización, el dispositivo había administrado hasta primera hora de la tarde cerca de 900 vacunas.

«Tenia miedo a los efectos secundarios de la vacuna y, por eso, todavía no había venido, pero ahora necesitamos el pasaporte covid para poder entrar en las discotecas y los bares, es como si nos obligaran», señala una joven de 22 años. Motivos similares a los esgrimidos por un amigo que estaba a su lado. Ahora el Consell estudia ampliar a más espacios la petición del certificado covid.

La jornada de vacunación especial en dicho centro está dirigida a la población que todavía no tiene la primera o la segunda dosis de la vacuna de la covid-19; a aquellos que cumplen los requisitos para la vacuna de recuerdo (mayores de 60 años que se han vacunado con Pfizer o Moderna hace más de seis meses, mayores de 60 años que se han vacunado con AstraZeneca hace más de tres meses o vacunados con Janssen hace más de tres meses) y también se vacunará contra la gripe a los mayores de 65 años o grupos de riesgo.

En total, según datos que ha podido saber este periódico, a las 19:00 horas se habían inoculado más de 1.000 vacunas. De todas ellas, 215 corresponden a la primera pauta mientras que el resto son segundas y terceras dosis, además de inyectar otras 70 inmunizaciones contra la gripe.