Rubén Marín, un joven de 27 años obligado a ir en silla de ruedas desde los 13, es aficionado a la caza “desde que era pequeño. De niño ya acompañaba a mi padre y a mis tíos a cazar”, recuerda. Cuando alcanzó la mayoría de edad se sacó el permiso para poder cazar y gracias a su fuerza de voluntad ha conseguido que su discapacidad no le impida poner en práctica su gran pasión. A partir de ahora lo tendrá más fácil, pues cuenta con un refugio donado por un carpintero de Cuenca y gestionado por la Sociedad de Cazadores San Roque de Onda a la que pertenece.
Gracias a esta caseta, Rubén está protegido de las inclemencias meteorológicas e incluso cuenta con una pequeña ventaja a la hora de cazar: “Los jabalís se guían por el olfato y al estar tapado en el refugio no me pueden oler tanto como si estuviera fuera”. El joven, muy querido tanto en Onda como en la Sociedad de Cazadores San Roque que cuenta con unos 700 miembros en el municipio, no oculta su agradecimiento, al tiempo que defiende esta práctica tan arraigada en la localidad: “Intentamos hacer un bien a la sociedad porque la población de jabalís es mucho mayor ahora que hace años, se han multiplicado por 10 o por 15, provocando más accidentes, daños a la agricultura, transmisión de enfermedades…”.
Considera también este cazador sin barreras que las nuevas generaciones son “más conscientes del respeto a los animales. Antes quizá se tiraba a todo lo que se movía, pero ahora sabemos que si lo matas todo ya es pan para hoy y hambre para mañana”. Añade Rubén que los cazadores que maltratan a su propios perros “hacen mucho daño al resto porque la inmensa mayoría lo que más queremos es a nuestros animales”.
El mejor regalo
Volviendo a la caseta que ha recibido para poder disfrutar de su pasión, Rubén admite que ha sido un regalo “inesperado. Noé, el carpintero aficionado a la caza que lo ha hecho, solía fabricarlos para poner en casetas, pero ha hecho este a medida, con la puerta más grande para que pueda pasar la silla. Gracias a mis amigos y a la Sociedad de Cazadores de San Roque de Onda ya puedo disfrutar de ella, aunque al estar de baja no la he podido estrenar”, reconoce el protagonista de esta historia, que solo en 2020 ya cazó cuatro jabalís: “Después los usamos para consumo propio. Del jabalí se usa casi todo, como del cerdo. Hacemos embutidos, lo despiezamos y congelamos porque se puede consumir en guisados, a la plancha, con arroz…”.
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