Las circunstancias han sido más complicadas de lo que estaba previsto hace tan solo unas semanas, pero la hostelería de Castellón ha mantenido un buen ritmo de actividad en los momentos centrales de la Navidad. Son muchas las familias que prefieren acudir a un restaurante para celebrar estas fechas y por ello hay un número importante de negocios que prestan este servicio. Solo hay que comprobar la demanda en fechas como ayer, con reservas que se realizan con meses de antelación.

Desde el grupo La Guindilla, José Romero indicó que en estos días «hemos tenido varios de nuestros locales abiertos, como el Malabar de Castelló y el Playa Chica y Habanero en Benicàssim», con buenas ocupaciones, especialmente para la comida de Navidad. Aún así, a nadie se le escapa que la situación «no es como la de hace dos o tres años», destacó. Los encuentros en familia se han mantenido a buen ritmo, pero en los últimos días flojearon las típicas reuniones de compañeros de trabajo o grupos de amigos.

Bailes de reservas

Algo en lo que coinciden todos los restaurantes consultados es el baile de reservas. Familias que tenían cerrada su mesa desde hacía meses tuvo que anular casi a última hora por el positivo de alguno de los integrantes, con la consiguiente recomendación de hacer cuarentena. La fuerte demanda que se suele dar en los días más señalados pudo mantener el completo. Antonio Rodríguez, desde el restaurante Mediterráneo del Grau detalló que a mediados de octubre «ya no teníamos ningún sitio libre, pero en los últimos 15 días cogimos mesas para cubrir anulaciones». En este local «hay quien nada más finalizar la comida de Navidad de un año ya reserva para el siguiente».

Motivaciones

Lo que se mantiene con pandemia o sin ella son las razones por las hay que familias que prefieren ir de restaurante que hacer un ágape en casas particulares. Nacho Boix, de la Tasca del Puerto, comenta que se trata de personas «que prefieren evitarse complicaciones y no cocinar», sobre todo si son grupos numerosos y no hay suficiente tiempo o espacio en los domicilios para cocinar para tanta gente.

En cuanto a los motivos de las anulaciones, los restauradores coinciden en que el miedo al contagio es minoritario, sobre todo desde que la vacunación alcanzó a la mayoría de la población se pusieron en marcha mecanismos como el certificado covid. Ahora hay que ver la evolución para las fechas de Nochevieja y Reyes. 

Un año delicado

La restauración ha sido uno de los sectores más tocados por la pandemia. Si en los meses de confinamiento tuvieron que cerrar todos los negocios durante semanas, a mediados de enero llegó otro mazazo en forma de cierre para atajar una tercera ola devastadora, que disparó las presentaciones de ERTE y la disminución de contratos temporales. Posteriormente llegó la reapertura progresiva y un verano positivo, gracias a las buenas temperaturas de estas fechas, que animan a disfrutar de las terrazas y los espacios al aire libre. El último desafío ha sido la obligación de presentar el pasaporte covid como prevención ante las personas no vacunadas.