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ECONOMÍA

El butano marca un récord y complica más el invierno 80.000 hogares de Castellón

Familias y empresas de la provincia adquieren un millón de bombonas al año y en enero el consumo se dispara

Bombonas de butano en una estación de servicio de Castelló.

Le llaman el gas de los pobres y se le conoce así porque la bombona de butano es la fuente de energía más barata. El cliente paga solo por lo que consume y, además del precio, acumula otras muchas ventajas: sirve tanto para caldear una estancia como para cocinar, se puede mover y llega a todos los rincones, por muy alejada que esté una vivienda. Pero la que es la fuente energética más económica está complicando, y no poco, el invierno a los más de 80.000 hogares de Castellón que la consumen. Esta semana, el precio de la bombona de toda la vida, la de 12,5 kilos, ha aumentado otro 4,91% hasta situarse en el récord de 17,75 euros.

La de ahora es la enésima subida de una escalada de precios que empezó hace justo un año y que sitúa el precio de la bombona en un nuevo máximo histórico (el anterior récord de 17,50 euros se alcanzó en la primavera del 2013). Con estos casi 18 euros, el importe del mítico recipiente de color naranja acumula una subida del 47% desde septiembre de 2020. O dicho de una manera más gráfica: los usuarios pagan ahora casi 6 euros más que hace quince meses.

Aunque el mercado está liberalizado, el Gobierno revisa cada dos meses el precio máximo de venta de la bombona clásica. Y el importe se calcula en función del coste de la materia prima (propano y butano) en los mercados internacionales, así como del precios de los fletes (transporte) y la evolución del tipo de cambio euro-dólar. Una revisión que, además, se encuentra está limitada al 5%, acumulándose el exceso o defecto de precio para su aplicación en posteriores actualizaciones.

Enero, el mes 'top'

Unos 80.000 hogares de la provincia son consumidores habituales de gas butano y cada año se venden en la provincia una media de un millón de bombonas. Los datos de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) revelan que en 2020 (último año del que existen estadísticas completas) se comercializaron en la provincia 1.046.720 bombonas, una cifra que en los últimos años se ha mantenido estable con algunos picos de consumo puntuales como, por ejemplo, el registrado en enero del 2021, cuando a causa del temporal Filomena, las ventas en Castellón crecieron un 6%.

Tanto los datos que maneja la CNMC como la compañía Repsol, la principal comercializadora de gas butano, reflejan que el grueso del consumo se concentra en enero, febrero y marzo. Estos tres meses suponen un tercio de las ventas de todo el año, por lo que es fácil adivinar el impacto que tendrá última subida en el bolsillo de las familias de la provincia.

Bares y segundas residencias

Aunque buena parte de los usuarios de la bombona son familias que viven en el interior de la provincia, poco a poco el perfil ese está diversificando. «La bombona tiene 60 años de historia, pero cada vez hay más gente joven que la utiliza», explican desde Repsol. Y si en Castellón el butano sigue manteniendo cotas de consumo altas es por la alta presencia de segundas residencias. «Hay muchas familias que tienen una segunda vivienda en la costa de la provincia y, en estos casos, el gas butano es ideal, ya que se paga únicamente por lo que se consume», explican desde la firma energética. 

Y junto a los hogares y segundas residencias, bares y restaurantes cierran la lista de los grandes consumidores de butano. 

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