La falta de personal sanitario en las residencias de la provincia de Castellón es un problema endémico que la pandemia ha puesto de manifiesto por las consecuencias que se derivan en la atención de sus usuarios, las personas más vulnerables frente al coronavirus. Ahora este déficit en las plantillas es acuciante debido al elevado número de bajas por covid.
De ahí que desde la patronal hayan pedido los mecanismos necesarios para poder realizar contrataciones extraordinarias de personas con experiencia acreditada, aunque no dispongan de cualificación, o de estudiantes de último curso.
«Tenemos un problema importante con las bajas, porque tenemos a muchos trabajadores positivos, aunque la mayoría de estos contagios no se dan en los centros si no en el entorno social o familiar», ha explicado el presidente de la Asociación Empresarial de Residencias y Servicios a Personas Dependientes de la Comunitat (Aerte), José María Toro. Por tanto, ante la situación de emergencia generada, solicitan poder contratar a estudiantes o personas que tienen pendiente la homologación de sus títulos, como ya están haciendo otras comunidades como Madrid o Galicia.
En previsión de esta situación y ante la petición de las patronales de dependencia, el Gobierno de España autorizó el pasado 30 de diciembre la contratación de personal sin titulación, a través de una resolución de la Secretaría de Estado de Derechos Sociales fruto del Acuerdo del Consejo Territorial de Servicios Sociales y del Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia.
Igualdad no mueve ficha
En todo caso, corresponde a las administraciones públicas competentes en Servicios Sociales dictar las resoluciones, disposiciones e instrucciones interpretativas para la aplicación de este régimen provisional excepcional. Pero, de momento, la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas no ha movido ficha al respecto.
El problema es más acuciante en el interior
Desde CCOO en Castellón han alertado de que el problema es todavía mayor en las residencias del interior de la provincia, como por ejemplo, el caso de Vilafranca. «No hay enfermeras ni médicos, porque prefieren trabajar en la sanidad pública, pero en el interior hay problemas también para encontrar a auxiliares», explica la portavoz del sindicato en esta materia, Encarna Barragán.
