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VALORACIÓN DEL PRESIDENTE DE ASCER

Los costes de emisión de CO2 son «un lastre» para la exportación cerámica de Castellón

El precio en el inicio del año ya está en 83 euros, cuando en el 2020 fue de solo 25

Un camión carga materiales en una fábrica cerámica.

La subida de los precios del gas, el transporte marítimo o los materiales pueden afectar más o menos por igual a todos los países que producen cerámica en el mundo. Pero hay un coste que solo perjudica a Europa y, en concreto, a Castellón y Sassuolo. Es el mercado de emisiones de CO2 establecido por la Unión Europea, que las patronales del sector, con el respaldo de sus respectivos gobiernos regionales, quieren modificar. Hace solo cinco años el precio por tonelada emitida era de 5,83 euros de media. En el 2020 alcanzó los 53,55 euros, duplicando del año inmediatamente anterior. Y en los primeros días del 2022 este coste sigue disparado hasta los 83 euros. Las demás zonas productoras del planeta no están sujetas a este condicionante.

Para el presidente de Ascer, Vicente Nomdedeu, «la problemática derivada del régimen de comercio de emisiones (EU-ETS) es un lastre para la competitividad de la industria europea, y compromete gravemente su viabilidad poniendo en riesgo su supervivencia y la de los miles de puestos de trabajo que de ella dependen». Mientras, el máximo dirigente de la italiana Confindustria Ceramica, Giovanni Savorani, destacó que este mecanismo está afectado por «la especulación financiera», que desde hace un provoca un crecimiento desmesurado, «lo que perjudica tanto a la economía real, porque son recursos que se restan económicamente de las empresas y trabajadores, así como para el medio ambiente, porque deja fuera del mercado a la producción cerámica europea en beneficio de la cerámica extracomunitaria».

Revisión

El conseller de Hacienda, Vicent Soler, puso el acento en la necesidad de que la cerámica forme parte de una revisión de este mecanismo para no sufrir el impacto de este gasto. «Al negarnos al sector cerámico compensaciones por los costes indirectos es decir, los costes eléctricos, como sí que se le subvencionan a otros sectores, la UE está inhibiéndonos de facto de la posibilidad de invertir en la electrificación de los procesos de fabricación, con el peligro de perder competitividad frente a terceros países que no adoptan ninguna medida contra el cambio climático», afirmó.

De persistir en esta medida se mermaría la capacidad de fabricar en nuestro país en beneficio de otras zonas del planeta. Las emisiones globales a la atmósfera serían las mismas, en cambio.

Impacto

Según los datos difundidos por Ascer, la industria cerámica de Castellón abonó en el pasado año 85 millones de euros solo en derechos de emisión, 74 más que los abonados en el 2020. Una cifra que volverá a aumentar de forma significativa si la Unión Europea no adopta medidas. 

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