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El sablazo de la luz para las familias de Castellón: "la mitad de mi pensión se va en la factura"

Jubilados de la provincia denuncian facturas de hasta 467 euros al mes y se ven obligados a recurrir a braseros y estufas de gas

Pilar Pinos y Montserrat Ripollés, dos vecinas de Morella que han recibido una factura de la luz astronómica.

A Pilar Pinos casi le da algo el día que consultó la libreta del banco y descubrió lo que le habían cargado por la última factura de la luz, la del mes de diciembre. «No me lo podía ni creer. Nada menos que he pagado 467 euros», explica indignada esta vecina de Morella, de 82 años. Pilar es viuda y vive sola y, aunque era consciente de que el precio de la energía estaba por las nubes, con la llegada del invierno no ha tenido más remedio que encender la calefacción. Como ha hecho toda la vida. Pero este principio de 2022 la sorpresa ha sido mayúscula. «Una factura tan elevada no la había pagado nunca en la vida, es indignante», asegura esta mujer que este mes tendrá que destinar la mitad de su pensión a pagar la electricidad. 

Aunque los damnificados por la crisis energética y el sistema de fijación de los precios de la luz se cuentan por miles en Castellón y no distinguen entre trabajadores y jubilados o entre vecinos de Els Ports o de la Plana Baixa, la realidad es que el golpe más duro del tarifazo eléctrico se lo están llevando los pensionistas. Son los que están más tiempo en casa y ahora, coincidiendo las bajas temperaturas de las últimas semanas, los que más utilizan la calefacción. «Somos uno de los colectivos a los que el alza de la luz nos está afectando más. Hay muchísimos hogares en Castellón habitados por una persona mayor que en los últimos días han recibido unas facturas astronómicas y el Gobierno debe buscar una solución», apunta Evaristo Soto, secretario general de la Federación de Jubilados y Pensionistas de CCOO-PV.

 A Pilar encender la calefacción, poner la lavadora o ver un rato la televisión durante el mes de diciembre le ha costado la friolera de 467 euros y a Montserrat Ripollés el mal sueño de la luz le ha salido por 245,11 euros. «A esto no hay derecho. En noviembre ya aboné 176 euros, pero es que diciembre se lleva la palma. La factura me ha subido a más de 245 euros», explica esta mujer, que también es viuda y reside en Morella.

Braseros y butano

La luz sigue prohibitiva (durante el pasado mes de diciembre el precio medio fue de 250 euros el kilovatio hora frente a los 50 euros del mismo mes del 2020), las facturas que están recibiendo las familias son una pesadilla y eso está provocando que muchos hogares busquen fuentes de energía alternativas para mantenerse calientes. «Tenemos que volver a los braseros y a las estufas de butano como en el siglo pasado», cuenta Montserrat Ripollés quien insiste en que con su paga (la pensión media en la provincia es de 967,53 euros) no puede hacer frente a la luz y al resto de gastos. «No he tenido más remedio que comprar una estufa de butano porque para no gastar tanta luz pasaba todo el día a menos de 14 grados», añade. Pilar Pinos también se ha decantado por el butano. «Para el comedor uso una estufa de butano y en la cama he puesto más mantas», describe.

Los hogares de Castellón están que arden con la factura eléctrica y el teléfono de la Unión de Consumidores de Castellón (UCE), también. «Recibimos muchísimas llamadas de usuarios de toda la provincia. La preocupación de las familias es máxima, pero poco se puede hacer», explica Juan Carlos Insa, secretario general de la UCE. No obstante, apunta a que el primer paso es comprobar la potencia contratada. «Muchos hogares a los que les están llegando estas facturas tan desorbitadas ya tienen la potencia al mínimo y, con la generalización de los contadores inteligentes, es improbable que haya errores», manifiesta. 

Indignación de las familias

Raúl Franz no es pensionista, pero el subidón de la luz también ha acabado afectado de lleno a su bolsillo. «Tengo un niño pequeño y en casa usamos la calefacción como todos los inviernos La sorpresa ha sido cuando me ha llegado la factura. He pagado 545 euros, una barbaridad», manifiesta.

El golpe que supone la luz para la economía de muchas familias es mayúsculo y existen ayuntamientos que buscan alternativas. «Hay que tomar medidas», dice Rhamsés Ripollés, alcalde de Morella, que ya trabaja en la fórmula de las comunidades energéticas para tratar de bajar la factura. 

La bombona de butano y el combustible también están por las nubes

Con la luz a precio de oro son miles las familias de Castellón que este invierno han optado más que nunca por las estufas de butano. Pero el problema es que la bombona también está por las nubes. Nada menos que su precio ha aumentado este mes otro 4,91%, hasta situarse en el récord de 17,75 euros. Con estos casi 18 euros, el importe del mítico recipiente de color naranja acumula una subida del 47% desde septiembre de 2020, es decir, los usuarios pagan ahora casi 6 euros más que hace quince meses.

Con el combustible ocurre más de lo mismo. El precio de a gasolina y el gasoil ha aumentado por cuarta semana consecutiva y se acerca al máximo histórico. Además, desde que arrancó el 2020 se ha encarecido un 4,4%. Así, el coste medio de la gasolina se ha situado esta semana en los 1,520 euros, mientras que el de gasóleo se encuentra en 1,403 euros.

Trasladado al surtidor, llenar el depósito de gasolina de un vehículo cuesta 16,3 euros más que hace un año, mientras que repostar con gasóleo asciende a casi 77,16 euros (en el caso de un vehículo de 55 litros), 16 euros más que en la última semana de enero 2021.


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