El Periódico Mediterráneo

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TESTIMONIOS DE FORMACIÓN PARA VENCER EL MIEDO A LA TECNOLOGÍA

Los 'mayores' plantan cara a la brecha digital en Castellón

Más de 240 vecinos de municipios en riesgo de despoblación , con un perfil mayoritario de mujeres de 60 a 80 años, han aprendido a sacar partido al móvil con ‘apps’ de ocio, trabajo, salud y finanzas

Las alumnas disponían de tablets durante el curso de alfabetización digital en Arañuel.

Meter la pata enviando un mensaje de Whatsapp al destinatario indebido, responder a un mensaje que suponga un fraude o entrar en una página web que pueda comprometer datos personales constituyen los miedos del alumnado de edad avanzada que ha participado en los cursos de alfabetización digital impulsados en municipios en riesgo de despoblación de toda la Comunitat. Impulsado por la Conselleria de Innovación, la Federación Valenciana de Municipios y Provincias (FVMP) y la Agenda Valenciana Antidespoblación (AVANT), un plantel de expertos ha dado confianza y herramientas a 240 personas de 18 municipios del interior de Castellón, que han incorporado en su día a día, en el manejo del teléfono móvil, aplicaciones que les facilitan y les han hecho más autónomos, sin que la edad sea impedimento. Eso sí, más satisfechos, ello no impide que menguada la brecha digital y territorial con esa formación, igualmente prefieren tener próximos servicios como los cajeros o una mayor atención presencial las en entidades financieras, toda una batalla para la que una plataforma de mayores recoge firmas en toda España y que ha llevado a la vicepresidenta del Gobierno, Nadia Calviño, a prometer que en un mes los bancos activarán planes para no dejar de lado a los mayores.

Las formaciones en digitalización se han impartido en localidades en riesgo de despoblación. Mediterráneo / Gabriela Espinosa

Recetas y enviar audios

Raquel Gómez es una de las profesoras que ha recorrido media Comunitat vaciada para transmitir su conocimiento. «El proyecto pretende reducir la brecha digital y el trabajo tiene su beneficio cuando ves que alguien que temía al teléfono, el último día busca recetas para cocinar en casa, hace gestiones para las que antes necesitaba a sus hijos o simplemente le manda un audio por Whatsapp a alguien con quien hace tiempo que no habla y se emociona con la respuesta», reflexiona la docente.

«Nuestra intención es darles habilidades para que, teniendo internet en su bolsillo, aprendan que tienen una ventana al mundo en un pequeño pueblo. En general, todos tenían teléfono móvil. Y hasta una mujer de 84 años vino con su tablet. Antes de acabar el curso, más de uno llegó con dispositivos nuevos, más avanzados», declara Raquel. En su opinión, «sobre todo había miedo a utilizar internet y poner en riesgo datos al darle clic a una página. Pero luego, con información, estaban más cómodos. Creo que les ha servido muchísimo», añadió. 

Cirat. Mediterráneo

Empoderamiento digital: Una llamada al hospital 

Recuerda Raquel el caso de una señora que se bajó la app de la Conselleria de Sanitat, «y al cargar el SIP de su marido le salió una cita para dos o tres días después y le ponía quirófano. Al día siguiente me contó que no tenía el teléfono del hospital, pero lo buscó por Google, llamó y le aclararon que se trataba de una revisión. Gracias a la app no perdió la cita, se informó y pudo reaccionar a tiempo para planificar el desplazamiento, que no es fácil desde un pueblo situado a kilómetros y sin autobús. Se notó el orgullo de haberlo resuelto todo ella misma». Empoderamiento digital.

Aunque las clases de tecnología estaban abiertas a vecinos de cualquier edad, y participaron desde los 40 y pico años, el perfil mayoritario, dado el envejecimiento de estos enclaves, el 70% rondaba la franja de 60 a 79 años de edad. «Se interesaron sobre todo mujeres, aunque también participaron hombres, pero menos. El primero fue el de alfabetización digital. En segundo lugar, contó con gran aceptación el de comunicación electrónica con la Administración; y en tercero, el curso dedicado a redes sociales y tu negocio», detalló la directora general por la Lucha contra la Brecha Digital, de la Conselleria, María Muñoz. «Todo se enfocó a trabajar con personas de competencia digital cero o básica, que tenían dificultades en el contexto actual. Personas con ganas de aprender pero con miedo a estropear algo al tocar un botón. Se ha trabajado la seguridad y confianza hacia las tecnologías, en grupos pequeños, de 10 a 12 personas. En el taller se les facilitaba móviles o tablets para aprender herramientas sencillas en el día a día: desde bizum para pagos, a cómo pedir una cita con el médico con la app de Sanitat, etc.», detalló Muñoz. 

Castellnovo. Mediterráneo

«Un aficionado a las setas ha aprendido a geolocalizarlas y una mujer habla con su nieta por videollamada»

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Teresa. Mediterráneo

Geolocalizar setas

Para la representante autonómica, quienes han participado en Castellón y el resto de la Comunitat han visto «la utilidad de las aplicaciones y no pierden la destreza porque las utilizan luego en su día a día». «Aquello emocional también se valora. Como un hombre al que enseñaron cómo geolocalizar setas porque es su hobby y gracias a la tecnología sabía cómo volver a ese lugar donde había encontrado varias otro día. O una señora que quería aprender a hacer videollamadas para hablar con su nieta. O una persona muy creativa a la que le mostraron herramientas artísticas. Aprender algo con miedo es más complicado que aprenderlo con ilusión», citó como ejemplos.

Con tal buena acogida y resultados, avanzó a este rotativo que ya se prepara una nueva tanda de cursos para este 2022 -con la meta de poder iniciarlos entre marzo y abril-- «y esperamos que nuevos municipios se apunten a la iniciativa, cuando saquemos la nueva convocatoria entre enero y febrero. La tecnología puede mejorar nuestra vida». En definitiva, se busca conseguir que en especial las personas mayores de 65 años tengan acceso y una participación significativa en el mundo digital. Desde la Generalitat se ha lanzado un vídeo promocional para la campaña con el lema: «Nunca es tarde para vivir mejor. Y la tecnología puede ayudarte a conseguirlo».

«Aprender algo con miedo es más complicado que hacerlo con ilusión. Lo emocional se valora mucho»

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A partir de 54 años

El Instituto Valenciano de Estadística concluye que la proporción de personas de 16 a 74 años usuarias de internet es similar en las tres provincias, aunque algo inferior en Castellón (88,3%), frente a Valencia (90,3%) y Alicante (89,2%). Más específico es otro informe, de la Cátedra de Brecha Generacional, según el cual se da «un uso menos intenso de internet a partir de los 54 años». En el grupo de 55 a 64 años se pasa de niveles del 80 al 66%. Ya en el grupo de 35 a 44 años se empiezan a apreciar diferencias respecto a más jóvenes. Los jubilados prefieren móvil frente a ordenador y sobre todo usan el teléfono para hablar. Pero esto cambió con el confinamiento por el covid, con mayor nivel de aprendizaje de videollamadas. Y más que cambiará. 

Dos testimonios en primera persona

Aurora (49 años), en Cirat: «La ‘app’ de banca on line y la de Sanitat son claves»

«Me apunté al curso, era muy interesante y hay que reciclarse. La tecnología avanza y siempre hay aplicaciones nuevas en el móvil que ni sabemos. Aprendí apps para buscar trabajo, viajar, hacer videoconferencias o la de Sanitat, con la que me bajé el pasaporte covid…Yo antes utilizaba solo búsqueda en Google y redes sociales», relata Aurora Medina (49 años), vecina de Cirat . Con 200 vecinos de censo oficial, «en invierno residirán unas 80 personas y en verano no cabe ni un alfiler. Hay mucha segunda vivienda de gente de Castellón y Valencia. La localidad tiene, eso sí, «consultorio médico abierto cada día, tienda de comestibles, farmacia y varios bares, pero no sucursal bancaria. La más próxima es Arañuel o ya Onda». Por ello, «la app de banca on line es muy cómoda, si has de pagar una factura o hacer una transferencia. No habiendo banco en el pueblo es importante. Y también el bizum. Con todo, debería haber un mínimo de servicio de banco en los pueblos para que las personas mayores puedan sacar dinero sin hacer kilómetros», añade. 


Marina (73 años), en Castellnovo: «He aprendido a enviar fotos y audios por Whatsapp»

«Acudí a las clases con mi teléfono móvil. Tablet no tengo, soy mayor. La iniciativa me parece divina, pero es cierto que teníamos miedo a equivocarnos, por precaución, por ejemplo, al entrar en una determinada web. En definitiva, nos preocupaba la seguridad». Así recuerda Marina Conde (73 años) el curso de digitalización al que «volvería a asistir, sin dudarlo», aunque propone que «si se pudieran repartir las horas en más días, sería ideal, pues había mucha información que asimilar». En su caso, reside en Castellnovo (municipio con algo más de 900 habitantes, según el padrón oficial) y allí acudió a la formación. «He aprendido a utilizar la tablet, a hacer vídeollamadas y a enviar mensajes de voz y fotografías por el Whastapp a mis familiares, amigos,... Son cosas básicas que sabía. Tenía el móvil pero lo usaba principalmente para llamar y he descubierto todas las opciones que ofrece», asevera orgullosa. Recuerda anécdotas divertidas con los compañeros de aula: «A veces, entre nosotros, mandabas un mensaje de texto a quien no debías. Nos reíamos mucho. Pero era por no fijarnos. Ahora ya no nos equivocamos».


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