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PLANTEAMIENTO DE BRUSELAS

¿Cómo afecta a la cerámica de Castellón que la UE considere al gas como una energía verde?

Bruselas y la industria defienden que su uso es necesario hasta que haya un sustituto competitivo

Imagen de una empresa cerámica. GABRIEL UTIEL BLANCO

La Comisión Europea aprobó el miércoles un proyecto de reglamento que establece qué fuentes de energía pueden considerarse como sostenibles, con la finalidad de favorecer inversiones del sector privado en los próximos años. Una planificación, denominada taxonomía, que ha levantado una considerable polvareda al incluir a la nuclear y al gas natural como piezas a considerar en la descarbonización de la economía. 

La propuesta de los altos cargos europeos todavía debe afrontar un largo recorrido hasta su aprobación, pero puede ser un estímulo para las reclamaciones que formula el sector azulejero de Castellón que, junto con el clúster de Italia, reclama flexibilizar la hoja de ruta vigente para lograr una transición energética sin perder competitividad.

GasIndustrial es una asociación que agrupa a importantes empresas españolas que tienen como punto en común el elevado consumo de gas para sus actividades productivas. Entre ellas, algunas de las principales empresas cerámicas, como Pamesa, Keraben o Grespania. La presidenta de esta entidad, Verónica Rivière, destaca que esta taxonomía «reconoce al gas natural como un combustible de transición, puesto que hace falta tiempo para que la industria se pueda adaptar a un sustituto».

En el caso del azulejo, la principal candidata como fuente alternativa es el hidrógeno generado mediante energía solar, pero tal y como ha señalado la patronal Ascer y recalca Rivière, «hace falta investigación y tiempo», por lo que el gas natural seguirá siendo necesario en los próximos años. Un planteamiento que ha sido expuesto en numerosas ocasiones por parte del sector cerámico ante diferentes instancias, desde el Ministerio de Transición Ecológica hasta la propia Unión Europea.

Escaso impacto

A pesar de esta coincidencia de planteamientos, no se espera que esta consideración del gas tenga efectos relevantes en la principal industria de la provincia. En el caso de aprobarse, las inversiones a desarrollar bajo esta etiqueta verde «se centrarían en la generación de electricidad y no tanto en las industrias que consumen gas», apunta la presidenta de GasIndustrial.

Como ejemplo de las actuaciones que sí podrían entrar en el plan de la Comisión Europea estaría la sustitución de fuentes generadoras de más emisiones contaminantes, como el carbón, por la principal fuente de la que se nutre la cerámica. Algo que es factible en plantas de ciclo combinado para la generación eléctrica, pero no tanto en el caso de los hornos azulejeros y atomizadoras, ya que esta transición energética se hizo en los años 90, de modo que desde ese momento y hasta la fecha las emisiones han caído un 60%. 

Por otro lado, está por ver si la decisión de Bruselas se aprueba en los términos en los que se ha presentado, debido al debate interno de la Comisión, sobre todo por el papel de una energía nuclear cada vez menos relevante en España. Tampoco el Ministerio de Transición Energética estaría por la labor de aprobar una taxonomía tal y como se ha plantado desde la cúpula de la UE.

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