Parar en una estación de servicio de Castellón y llenar el depósito de gasolina nunca antes había sido tan caro. El precio medio de este carburante encadena cinco semanas consecutivas al alza y en la provincia ya supera los 1,56 euros el litro. Se trata del valor más a elevado desde que hay registros y ya por encima de los máximos alcanzado en septiembre de 2012, cuando el coste medio se situó 1,521 euros. Y con el diésel, el tipo de combustible más utilizado en la provincia, va camino de que suceda lo mismo: encadena seis semanas consecutivas al alza y ya cuesta 1,439 euros por litro, a poquísima distancia de la cifra récord de hace nueve años (1,451 euros), según datos del Ministerio para la Transición Ecológica y del portal dieselogasolina.com.
El carburante está que arde y repostar sale por un ojo de la cara y, además, supone un problema más para la economía de familias y empresas, que ya aguantan como pueden el golpe de la escalada de la luz o el gas. Y ahí va un ejemplo: en estos momentos, llenar un depósito de 55 litros de gasolina sin plomo 95 dispara el recibo hasta los 85,85 euros. Si se compara esa cifra con los 66,82 euros que costaba repostar hace justo un año, la diferencia para los propietarios de un vehículo que consuma este carburante y que vivan en la provincia es de 19,03 euros. El diésel tampoco se queda atrás y en los surtidores de la provincia ya roza los 1,5 euros. Con los precios de esta última semana (una media de 1,439 en Castellón), el depósito sale por 79,14 euros, 18,48 más que lo que costaba hace justo un año (60,66 euros).
Llenar el depósito supone estos días un sacrificio para los bolsillos de muchas familias de Castellón y el subidón de los precios ha provocado que decenas de consumidores busquen las estaciones de servicio más baratas, en un intento por ahorrar cuantos más euros mejor. Pero, ¿cuáles son las estaciones de servicio más económicas de la provincia? Los datos del Geoportal de Gasolineras ofrecidos por el Ministerio para la Transición Ecológica revelan que en Castellón la gasolinera que en estos momentos tiene la sin ploma 95 a un precio más bajo es la que se encuentra en el número 46 de la avenida Onda de Ribesalbes. En concreto, este establecimiento vende este tipo de carburante a 1,290 euros, con lo que llenar el depósito cuesta 70,95 euros, 25 menos que hacerlo en la gasolinera más cara, que es la que esta situada en la autopista AP-7, en Burriana, y que comercializa este combustible a 1,734 euros (0,44 euros el litro más que la de Ribesalbes). Por detrás, las más económicas son las de la calle l’Ermita de Vila-real (1,394 euros) y la de BonÁrea de Peñíscola (1,395).
Si uno lo que quiere es ahorrar unos euros llenando el depósito de gasóleo, la estación de servicio más barata de la provincia es, de nuevo, la de Ribelsalbes. El litro de diésel cuesta 1,215 euros, 0,349 euros menos que en el surtidor con el precio más alto (el ránking lo encabeza igualmente el surtidor de la AP-7, en Burriana, ) donde el precio de venta al público asciende a un total de 1,564 euros.
Carburantes, luz, gas... todo sube
La escalada de los carburantes discurre en paralelo a la del gas natural y a la de la electricidad, y el resultado de todas ellas es un importante aumento del coste de la vida. La energía, de hecho, es el componente del IPC que más está elevando la inflación , restando poder adquisitivo a las familias y, además, supone otra piedra en el camino de la recuperación económica dado que encarece los costes de prácticamente todos los sectores, sobre todo, el del transporte, tanto de pasajeros como de mercancías, la pesca o la agricultura.
Para las algo más de 1.000 empresas de transporte por carretera de Castellón, el combustible significa el 26,5% de los costes de cada vehículo articulado, según cálculos de la patronal provincial ACTM por lo que las subidas de precios afectan a la rentabilidad de un sector clave para Castellón. Otra actividad directamente afectada por el alza del combustible es la pesca. «El 70% de los gastos de una barca de pesca se van al pago del combustible, por lo que las subidas de precios son la puntilla de un sector que en los últimos años está recibiendo estocada tras estocada», apunta Manuel Albiol, secretario general de la comisión interfederativa de Cofradías de Pescadores de la Comunidad Valenciana (Coincopesca), quien asegura que hay embarcaciones de la provincia que desembolsan hasta 600 euros al día en combustible. «Cada día nos lo ponen más difícil y la rentabilidad del sector se encuentra en mínimos», añade.