Algo tiene que cambiar en las relaciones comerciales de la Unión Europea para preservar la continuidad del sector citrícola de la Comunitat. De esta manera opina la presidenta de la interprofesional Intercitrus, Inmaculada Sanfeliu, que este lunes ha comparecido en una sesión de la comisión parlamentaria que Les Corts dedica a analizar el estado de la citricultura y su pervivencia futura.

Sanfeliu defendió en su intervención que el sector "tiene futuro", pero a la vez hay que adaptarse y "luchar para hacer un escenario lo más amigable posible para nuestra actividad". Y una parte de estos cambios tiene que venir desde Bruselas. "Todo el mundo quiere vender aquí, y con los acuerdos arancelarios" alcanzados en los últimos años "tenemos un mercado abierto, donde puede venir todo el mundo de fuera con unas condiciones que no son las nuestras y con costes laborales distintos", valoró.

La presidenta de Intercitrus aludió a las "lamentaciones del sector" en esta campaña, que atribuye a "la entrada masiva de países terceros con grandes volúmenes y bajos precios", de modo que la producción de la Comunitat en variedades como la navelina "no ha podido entrar en el consumo", comentó en sede parlamentaria.

Coincidencia de fechas

Si hasta ahora se consideraba que la producción de países como Sudáfrica se complementaba con la cosecha en Europa, "ahora no hay separación entre campaña de hemisferio norte y hemisferio sur", apuntó. Si la temporada del 2019-2020 estuvo marcada por "un consumo exagerado" debido al coronavirus, la del 2020-2021 "fue un desastre al solaparse con Egipto, que encima batió récord de exportaciones a la Unión Europea". Sanfeliu añadió que los productores valencianos "han perdido ventanas de exportación, porque ya no hay periodos en los que solo vendemos nosotros. Cuando no hay competencia de Egipto y Marruecos es de Sudáfrica".

Para resolver este panorama abogó por "ser inteligentes y tener capacidad para frenar lo que sucede, porque el problema viene para quedarse". Los países terceros "crecen a una gran velocidad" con unos costes laborales muy inferiores a los de Europa.

La clave de los fitosanitarios

Una de las ideas principales manifestadas por la presidenta de Intercitrus tiene que ver con la diferencia de trato que reciben los agricultores españoles respecto a otras zonas. "Producimos en el mercado más atractivo y más exigente del mundo, y aquí vienen las importaciones de países terceros y no pasa nada". En cuanto a estos acuerdos comerciales, "no conozco de ninguno" que se haya revertido, por lo que hay que buscar mecanismos de defensa, con la exigencia de una igualdad de condiciones en el uso de fitosanitarios y medidas de sanidad vegetal. "Nosotros tenemos pocas sustancias activas permitidas y con el compromiso de que cada vez sean menos", valoró Sanfeliu, por lo que hay que incrementar los mecanismos de detección de plaguicidas y que deje de darse la situación por la que la producción de dentro de la UE "no puede estar contaminada y la que venga de fuera sí".

Un logro "con la boca pequeña"

Otro de los frentes tiene que ver con la detección de plagas procedentes de estos países extracomunitarios, que causan estragos en los campos de Castellón como el cotonet. Tras la presión de colectivos agrícolas, empresarios y administraciones, Bruselas ha dado un cambio en su política, y aboga por exigir el tratamiento en frío en las naranjas que vengan desde África. Una medida que tiene como objetivo reducir la presencia de partidas contaminadas por elementos como la falsa polilla, mediante la importación de cítricos con temperaturas que impidan la proliferación de estas incidencias. Una actuación que, por otra parte, incrementa los costes a la llegada de esta fruta y beneficia a la competitividad de los cítricos valencianos. Inmaculada Sanfeliu calificó la decisión de "logro, pero con la boca pequeña".

La responsable de Intercitrus pide celeridad a las instituciones comunitarias. "El tratamiento en frío está en exposición pública en la Organización Mundial del Comercio, y ahora hay que conseguir publicarlo negro sobre blanco", desgranó. El siguiente paso es que se implemente "rápidamente y que Bruselas elabore todos los protocolos contra la falsa polilla; sabemos que las cosas no se hacen de un día para otro y hay que conseguir que todo esté en marcha para la próxima campaña", comentó para concluir que no puede haber excusas "de que no llegamos a tiempo, porque además nosotros tenemos experiencia en estos protocolos de exportación y los aplicamos en otros países". Además, exigió que la normativa sobre tratamiento en frío se incluya a las mandarinas y pomelos. "Ya estamos vigilando el contador de interceptaciones, y cuando haya nuevas, que las habrá, se deberá exigir la aplicación" de esta medida.