El mercado de la vivienda sigue demostrando en Castellón un fuerte dinamismo y las cifras de compraventa constatan que, definitivamente, el tropiezo provocado por la pandemia está más que superado. Durante el 2021, y según los datos dados a conocer ayer por el Colegio de Registradores, se comercializaron en la provincia un total de 10.058 pisos, chalets y unifamiliares, un 46% más que un año antes y, además, el número más alto desde el 2008.
Que en un año las transacciones inmobiliarias hayan superado en la provincia las 10.000 significa que, de media, se vendan casi 28 viviendas al día, cifra que está a mucha distancia de las 18 que se comercializaron durante el 2020, un ejercicio en el que la pandemia asestó un duro golpe al mercado inmobiliario. «Lo que ha ocurrido en el 2021 es que la demanda contenida por el covid se ha recuperado y eso ha permitido al sector crecer en ventas», explica Jordi Bombardó, gerente de JBM Servicios Inmobiliarios y con despacho en el centro de Castelló y Peñíscola.
La demanda embalsada influye en el alza de las compraventa como también lo hace el hecho de que los ahorros de las familias no hayan dejado de crecer, los tipos de interés bajos, la mayor oferta de promociones de viviendas nueva (inexistente hace muy poco tiempo) o la recuperación de la demanda de extranjeros. Y lo mejor es que todo apunta a que en los próximos meses las cifras seguirán en positivo «La previsión para este año es mantener la recuperación, aunque se está muy lejos de las compraventas registradas en el 2006 o el 2007», añade Bombardó.
Los precios crecen un 8%
Las transacciones aumentan y también lo hacen los precios. El informe del Colegio de Registradores destaca que en el último el coste del metro cuadrado se situó en 1.086 euros el metro cuadrado, un 7.9% más que el año anterior. «Los precios han aumentado, pero hay que tener en cuenta que en los últimos años habían bajado muchísimo», añade el gerente de JBM quien argumenta que si en la provincia no han subido de manera tan desorbitada como en otras zonas es porque aún queda mucha oferta de pisos propiedad de los bancos.
De las algo más de 10.000 viviendas que se comercializaron en el 2021, casi nueve de cada diez fueron de segunda mano y los extranjeros compraron 1.326 de esos pisos, casi un 3% más.
