La Conselleria de Educación asegura que tienen todos los recursos puestos para atender al alumnado que ha caído en la espiral de las autolesiones, las conductas suicidas o ha realizado una tentativa de suicidio, afortunadamente, sin culminar su objetivo. Defienden que se ha aumentado la plantilla de orientadores y que los nuevos equipos especializados se desplazan a los centros cuando se confirma una situación de este tipo.
Así lo expone Raquel Andrés, directora general de Inclusión Educativa, que apunta que esto se focaliza «sobre todo en Secundaria, que es la etapa más afectada». Precisamente ayer, los equipos directivos de los institutos, a través de la asociación Adies-PV, reclamaban más recursos y personal especializado para detectar y combatir estas conductas, que la pandemia ha acentuado. De hecho, las alarmas saltaron, principalmente, durante el confinamiento, explica Andrés, como también se apuntó esta semana en una comisión de Les Corts.
«Tenemos todos los recursos disponibles, estamos coordinados con los servicios sociales, las familias, las Unidades de Orientación Educativa (UEO) y la burocracia solo es para establecer las medidas de protección y vigilancia que se necesitan cuando se ha producido uno de estos casos», explica la directora general sobre las críticas de los centros. «La respuesta de todas las administraciones está siendo, generalmente, bastante valiente. No lo hemos escondido en ningún momento», añade.
Acompañamiento
«Las UEO se presentan en los centros y acompañan», afirma, al tiempo que apunta que la Conselleria sigue con las formaciones especializadas que se iniciaron el curso pasado, tanto a profesorado y orientadores, como a familias e inspección educativa. De hecho, esta estrategia -coordinada con Sanidad y dentro del plan de choque del Consell sobre salud mental- prevé, de aquí a fin de curso, ofrecer formación también al alumnado.
Según confirma Raquel Andrés, en esto se emplea la Subdirección de Formación del Profesorado, en la que se ha creado una unidad sobre el suicidio que ya elabora todas las acciones y actividades que se pondrán en marcha. En los últimos tres cursos, los docentes han notificado a través del registro del Previ de la Conselleria, cerca de 2.000 casos de alumnado que ha manifestado conductas autolíticas (se ha autolesionado, ha tenido ideas suicidas o ha llegado incluso al punto de intentarlo). Estos son el 0,06 % del alumnado en 2018-19 y 2019-20 y el 0,1% de los estudiantes en 2020-21.
Según Raquel Andrés, estos datos se registran de forma oficial desde el 2018, cuando el Previ puso una opción específica para ellos, pues antes no tenían un categoría concreta. Además, parece que la tendencia -después de lo peor de la pandemia-, se suaviza. «No sabemos si será el protocolo o que se han rebajado las restricciones sociales, pero aunque las autolesiones se mantienen, las tentativas de suicidio van a la baja».
Hay una gran cantidad de factores que pueden llevar al alumnado a estos extremos y para atenderlos la Conselleria cuenta con el protocolo y una guía específica, «que el curso pasado se testó en varios centros», dice Andrés y ahora ya se debe aplicar en todos. Actualmente, Educación ultima el Decreto de Igualdad y Convivencia, que incluirá «el desarrollo de la competencia socioemocional desde Infantil gasta Secundaria».
