Los problemas que supone la digitalización de la banca para las personas mayores que requieren una atención presencial está en vías de resolverse después de una ardua campaña de recogida de firmas llevada a cabo por el valenciano Carlos San Juan a través de la campaña Soy mayor. No idiota. Este facultativo jubilado ha puesto también de manifiesto, en una entrevista reciente, que la llamada brecha digital que aleja a las generaciones más mayores de los servicios básicos también se da en uno de los pilares del sistema de bienestar, el sanitario.
Los sindicatos alertan sobre el hecho de que el acceso al primer eslabón sanitario, la atención primaria, se complica cada vez más para los que tienen una edad más avanzada, a pesar de que estos son los principales usuarios. Una de las principales barreras la encuentran a la hora de solicitar cita con su médico de cabecera. Para mitigar el colapso histórico de las centralitas de los centros de salud, la Conselleria de Sanitat ha optado por ampliar los mecanismos digitales para pedir una consulta a través de la web o de una aplicación móvil.
Sin ir más lejos, el sindicato de enfermería Satse ha reclamado al Ministerio de Sanidad que acuerde con las comunidades autónomas un plan o estrategia general sobre atención sanitaria y transformación digital que evite que las nuevas tecnologías supongan «cualquier tipo de barrera para los mayores». Satse considera que la rápida transformación digital en la que está sumido el sistema sanitario, y que se ha acentuado, además, a raíz de la pandemia «ha propiciado problemas y dificultades para el colectivo de mayores a la hora de solicitar y recibir la atención sanitaria».
Información vital
«Un cambio para el que muchos de nuestros mayores no estaban ni están preparados, y que puede llevarlos a desconocer o no entender informaciones que resultan vitales para su salud, teniendo en cuenta, además, que muchos de ellos son dependientes o enfermos pluripatológicos», aseguran desde el sindicato de enfermería.
«No puede ser que los mayores tengan que depender de los hijos o nietos para poder disponer de una cita con el médico porque nunca cogen los teléfonos. Además, se ha perdido parte de la atención directa en el mostrador. Se requiere de más personal en estos puestos», explicó el secretario provincial de Satse Castellón, José María Calas, quien adelantó que la petición realizada a nivel nacional se hará extensible a escala más local «para garantizar una atención más humanizada».
En este sentido, desde CSIF consideraron que constituye «una necesidad la ampliación de líneas telefónicas y la contratación de más personal administrativo para los centros de salud». Otra dificultad con la que se encuentran muchos usuarios es para pasar la tarjeta SIP en los hospitales, por lo que requieren la ayuda de los profesionales de la sanidad.
Problemas de conexión y conocimiento
Por su parte, la portavoz de CCOO en materia sanitaria en Castellón, Encarna Barragán, remarcó que la llamada teleasistencia debe siempre ir acompañada de medidas que garanticen una total presencialidad para los más mayores. Además, recordó que hay municipios del interior de la provincia donde internet llega con problemas de conexión e hizo hincapié en que, según estudios, se calcula que solo un 20% de los mayores de 65 años se defiende en el uso de nuevas tecnologías.
El reto de las videoconsultas
Las nuevas tecnologías no solo están presentes para acceder al sistema sanitario también está previsto que lo estén para el trato con el paciente a través del futuro modelo de las videoconsultas. El responsable del sindicato médico CESM-CV, Víctor Pedrera, remarcó que esta opción solo será viable para los pacientes más jóvenes.
