La gran suerte de Ivanna Makiv, una ucraniana en Castelló, es que tanto sus padres como sus abuelos residen en la provincia con ella, a suficiente distancia por tanto del conflicto armado que está sufriendo su país tras la invasión de Rusia. Sin embargo, la joven se muestra preocupada por los muchos familiares que residen en su país natal. “No esperaba que pudiera llegar tan lejos. Mi madre decía a sus parientes que vinieran aquí para estar seguros, pero ninguno quiso porque no esperaban que se pudiera dar la guerra”, asegura.

Ivanna confía, eso sí, en que el ataque de Rusia “se quede solo en objetivos militares. Espero que si ataquen ciudades y civiles actúe la OTAN”. Dos tíos de la joven jugadora del Volei Grau Castelló son militares en Ucrania, por lo que sabe en primera persona cuál es la situación en el país: “Mis tíos ya no están en casa. Han dejado a sus familias para desplazarse a bases militares y preparar la guerra”.

La joven, que reconoce que lleva varios años sin desplazarse al país de su familia, se muestra consternada por el bombardeo de Lutsk: “Está cerca de Rivne, mi pueblo. Mi familia se ha metido en el metro, donde han hecho búnkeres. Es lo más seguro para evitar bombardeos”. Sobre la situación de los civiles destaca que “es muy complicado ya sacar dinero o ir a comprar, las farmacias no dan abasto y hasta las comunicaciones están limitadas”.

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