«Me despertó mi mujer al grito de ya ha empezado la guerra». Así fue conocedor Leonid Rogalsky, ucraniano residente en Castelló desde hace más de dos décadas, del ataque de Rusia la madrugada de este jueves. «Mi mujer recibió un mensaje de su hermana, que vive en Kyev, advirtiéndole de que estaban escuchando explosiones en la ciudad», concreta Leonid, quien afirma que «está siendo atacada toca Ucrania, pues nuestros familiares nos cuentan que las explosiones se oyen en todo el país, también en nuestra ciudad, Vinnytsia».

Sobre la situación en su país de origen, Leonid comenta que, según les dicen, el transporte público sigue funcionando, aunque el combustible se ha agotado y se están formando muchas colas de gente que quiere huir.

Leonid Rogalsky, en la cafetería que regenta su mujer en la capital de la Plana. ANDREU ESTEBAN

Esperanza

Viven la situación «con mucho miedo por los que están allí e impotencia al no poder resolver nada». «Teníamos esperanza de que la situación se resolviera pacíficamente, pero no ha sido así», lamenta Leonid, quien se muestra convencido de que «esto tenía que pasar estando Putin». «Al final ha ocurrido lo que todos temíamos», añade.

No obstante, el también secretario de la Asociación de Ucranianos de Castellón hace un llamamiento a la sensatez: «Espero que con toda la presión del mundo civilizado Putin acabe cediendo y cese en la violencia», confía Leonid, no sin temor de lo que aún pueda ocurrir.