El acoso escolar es sin duda uno de los grandes problemas que se pueden encontrar en las aulas. En nuestra provincia, la Asociación Contra el Acoso Escolar de Castellón (ACAEC), se encarga de luchar contra esta lacra, y lo cierto es que atendiendo a las palabras de su presidenta, Liliana Martiniuc, la situación es cuanto menos mejorable: «Hay mucho trabajo por delante, pero sobre todo son los centros y las instituciones las que tienen que dar un paso adelante y mejorar el protocolo. Aún no nos hemos encontrado con ningún caso en el que los centros reconozcan el acoso escolar; lo niegan por defecto». 

Liliana Martiniuc habla del acoso escolar en primera persona, pues su hija lo padeció. MANOLO NEBOT ROCHERA

Martiniuc subraya que es fundamental actuar a tiempo en este tipo de sucesos, pues «muchos de estos alumnos tienen pensamientos suicidas». De hecho, hace solo una semana se destapó un caso en el que dos amigas salvaron a una estudiante de quitarse la vida en Castelló. «Cuando se ponen en contacto con nosotros lo primero que hacemos es solicitar un informe pericial a un psicólogo forense porque es la única forma legal de validar su estado», añade. 

Una legislación insuficiente

Según ACAEC, otro de los pilares a mejorar «está en la legislación. Hay que mejorar las leyes para amparar a los menores». De hecho, afirma Martiniuc que «en ocasiones desde Conselleria se señala a los padres por desprotección a los menores cuando estos son acosados. Recuerdo un caso en Castelló en el que el padre era camionero y la madre trabajaba en el Hospital General, y en el informe se justificaba el acoso diciendo que la menor quería llamar la atención de los padres porque no pasaban mucho tiempo en casa». En este sentido lamenta que «a veces se culpabiliza al agredido y no a los agresores». 

¿Qué es la Asociación Contra el Acoso Escolar de Castellón?

La Asociación Contra el Acoso Escolar de Castellón (ACAEC) trabaja junto a abogados y psicólogos, y entre estos últimos, psicólogos forenses que acredita de forma oficial el estado del alumno maltratado. La asociación trabaja a nivel nacional y no tiene ánimo de lucro, según confirma su presidenta Liliana Martiniuc: «Aquí nadie cobra ni un euro. Además no contamos con subvenciones por parte de ninguna institución». Su objetivo, según Martiniuc, no es otro que el de «dar ayuda a los menores que sufren acoso». Y es que la propia presidenta sufrió en sus propias carnes esta lacra: «Mi hija pasó por eso y quiero ayudar a otras familias».

Es por ello que desde esta asociación que trabaja en toda la provincia recomiendan «estar muy encima de los niños, que se hable todos los días con ellos porque ellos difícilmente dirán que son acosados. Al principio porque lo ven como una broma y después por vergüenza o incluso porque son amenazados». El cauce a seguir en el centro, según Martiniuc es el siguiente: “Primero hablar con el tutor, después con el jefe de estudios y con la dirección», y postilla que su asociación puede ayudar desde el primer día a la hora de asesorar a las familias: «Es una pena porque muchas veces cuando vienen ya es muy tarde y tanto la víctima como los padres sufren una depresión altísima».

Señala al IES Ribalta

Entre las denuncias que se reciben en la citada oenegé destapan que "muchos de los casos más graves están en el IES Ribalta de Castelló, donde hay una mala praxis evidente porque a las familias que piden socorro por las palizas que reciben sus hijos, con casos de acoso y ciberacoso no les hacen ni caso. En ocasiones se justifica este abuso a menores por presuntos trastornos, diciendo que son hiperactivos por ejemplo cuando hay periciales que lo niegan». En este sentido añade Liliana Martiniuc que «es muy difícil cambiar de centro porque no se reconoce el acoso y encima desde inspección educativa tampoco ayudan».

"La gran mayoría de profesores son muy buenos, pero como en otros colectivos también hay ovejas negras"

Liliana Martiniuc - PRESIDENTA DE ACAEC

Como dato, señalan desde ACAEC que «solo en el Ribalta se han atendido en dos cursos 30 casos muy similares. Algunos de estos niños se autolesionan y existen hasta intentos de suicidio».

Por último considera esta misma fuente que otros de los pilares para luchar frente a esta lacra debe situarse en los profesores, cuya actitud a la hora de enfrentar estos casos es en ocasiones manifiestamente mejorable: «La mayoría son muy buenos y están concienciados, pero como en otros colectivos te encuentras de todo. También hay ovejas negras que llaman de todo a sus alumnos y les hunden porque al final un profesor es una referencia. Si quieren respeto también tienen que respetar».

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