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ECONOMÍA

La gasolina no da tregua y llenar el depósito en Castellón cuesta 90 euros

La sin plomo 95 empieza marzo a una media de 1,636 euros y repostar vale 30 euros más que hace un año

Una empleada de una estación de servicio de la ciudad de Castelló llena el depósito de combustible un vehículo. MANOLO NEBOT ROCHERA

Marzo ha empezado con una nueva subida del precio de los carburantes. Y lo escandaloso es que ya van muchas. El tercer mes de año se ha estrenado en Castellón con la gasolina a 1,636 euros el litro y el gasóleo a 1,511, lo nunca visto hasta ahora. Lo peor es que la escalada no parará ahí y todos los expertos dan por sentado que acercarse al surtidor seguirá siendo prohibitivo durante unos cuantos meses más, dado que las últimas sanciones impuestas a Rusia por la guerra de Ucrania van a tener su efecto directo en los costes de los carburantes. 

El carburante anda desbocado y hace mella en el bolsillo de los conductores. Y los datos dejan poco margen para la duda: llenar el depósito de sin plomo 95 de un coche con capacidad media de 55 litros ya cuesta en la provincia 89,98 euros, un nuevo récord histórico. Son casi 30 euros más que hace justo un año, ya que en marzo del 2021 el coste medio de la gasolina era de 1,286 euros. Para quienes conducen un automóvil con motor diésel llenar el tanque también sale por un ojo de la cara y la factura asciende a 83,10 euros, 19 más que hace doce meses. 

Ir a una estación de servicio se presenta más cuesta arriba que nunca y decenas de usuarios de Castellón se les ingenian como pueden para tratar de ahorrar unos euros. Hay algunos que han optado por sustituir el vehículo privado y desplazarse a pie, mientras que otros se han decantado por recortar algunos gastos para compensar el encarecimiento de los combustible. «Es un atraco a mano armada. Nunca como hasta ahora ir a trabajar había sido tan caro. Se me va medio sueldo en gasolina», se quejaba ayer en un surtidor de Castelló un conductor al que echar combustible le salió por casi 85 euros y que necesita el coche a diario para ir a trabajar.

Márgenes ajustados

Aunque a priori podría parecer que las algo más de 200 estaciones de servicio que hay en la provincia se frotan las manos con el subidón de los precios, los empresarios aseguran que son los primeros damnificados. «El nuestro es un sector que depende del volumen, así el incremento de los precios que nos perjudica gravemente al caer la demanda», argumenta Juan José Sánchez, presidente de la Asociación de Empresarios de Estaciones de Servicio de Castellón (Apes) y también de la Federación Mediterránea de Empresarios de Estaciones de Servicio (Fedmes). 

A la caída de la demanda a la que se refiere la asociación provincial se unen, en palabras de su presidente, unos «márgenes cada vez más ajustados y dos años con restricciones a la movilidad que en algunos meses dejaron las gasolineras, que estaban obligadas a permanecer abiertas, totalmente vacías. «Es por ello que hemos reclamado al Gobierno, a través de la patronal española CEES, la reducción del IVA del 21% al 10% al igual que ha sucedido con la electricidad», añade Sánchez quien recuerda que más de la mitad del precio de venta al público corresponde a impuestos. «Nuestros asociados son pequeñas y mediadas empresas, no somos multinacionales, y los precios altos nos afectan negativamente. Al final hay un coste del producto, que con la guerra en Ucrania está aumentando, unos costes de almacenaje, transporte, impuestos, biocombustibles… Y el resultado de todo esto es que aumenta el precio, descienden las ventas y la situación perjudica claramente a particulares y autónomos», describe.

Los grandes damnificados

El alza del coste del combustible afecta prácticamente a todos los bolsillos, pero son los sectores más intensivos en carburante los que tienen las de perder. Entre los grandes, las algo más de un millar de empresas de transporte de mercancías por carretera de Castellón que han visto empeorado su panorama en cuestión de meses. De hecho, y según datos de Asociación Empresarial Castellonense de Transporte de Mercancías por Carretera (ACTM), el gasoil supone el 30% de los costes de una empresa por lo que la factura que debe asumir el sector es millonaria.  

Entre los pequeños, repartidores, pescadores, ganaderos o agricultores que asisten a una subida de costes sin precedentes mientras el precio que perciben por sus productos es, en el mejor de los caos, el mismo de siempre. 

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