Hay una importante actividad complementaria relacionada con el azulejo de Castellón que corre el riesgo de contagiarse por los problemas del sector. Un actor que sobresale es PortCastelló, que recibe el apelativo del puerto de la cerámica. El presidente de esta institución, Rafa Simó detalló que con tan solo una semana desde el estallido del conflicto bélico «no se pueden hacer cálculos sobre el impacto que pueda tener esta situación, ya que los efectos en el tráfico marítimo son más lentos que en otros espacios como los aeropuertos».
Aún así, «para mirar al futuro es importante saber lo que ocurrió en el pasado, y en el 2021 tanto Rusia como Ucrania sumaron un total de tres millones de toneladas transportadas desde nuestro puerto, lo que supone el 14% del total». Solo el transporte de arcillas desde Ucrania alcanzó 1,6 millones de toneladas, que equivale al 7,6% de la actividad total.
En el pasado año se movieron 21 millones de toneladas, un récord de movimientos y en los que las materias primas para el azulejo tuvieron un papel fundamental. «Si se excluyen las rutas entre puertos de nuestro propio país, Ucrania ocupa el segundo puesto y Rusia el quinto», destacó el presidente de la autoridad portuaria. Las principales dudas ante la guerra tienen que ver con la interrupción de movimientos con un país que lleva más de una semana de bombardeos, así como los vetos comerciales con el país presidido por Putin
Efecto indirecto
A este golpe sobre la actividad, Rafa Simó añadió «el efecto indirecto, que puede venir de una posible reducción de la producción cerámica, y problemas con el sector petroquímico», que también tiene un gran peso en PortCastelló.
Por ello «la preocupación es máxima y hay una gran incertidumbre, porque nadie puede saber lo que ocurrirá y el impacto en los sectores productivos», concluyó. Mientras, el mes de enero batió récord de actividad, en gran medida por el acopio de materiales ante la crisis en el Este.
