La Federación de Asociaciones de Padres de Alumnos Penyagolosa (FAMPA) pide que la decisión de cambiar la jornada escolar la tome la Conselleria de Educación y que no se deje en manos de la comunidad educativa. Y ello con el objetivo de evitar generar diferencias dentro de la escuela pública y entre la pública y la concertada. Así se lo transmitió en una reunión al director territorial, Alfred Remolar.

Procedimiento y plazos

Conselleria ha publicado esta semana el procedimiento para su modificación, dando de plazo hasta el 15 de marzo para presentar las solicitudes y fijando para el 11 de abril la votación de las familias.

Descontento

La federación le transmitió el descontento con el planteamiento de la modificación por considerar que los recursos publicados no son suficientes y el margen de tiempo es muy limitado para tomar una decisión tan importante.

Enfrentamientos

Además, considera que reiniciar este procedimiento implica «reabrir enfrentamientos dentro de la comunidad escolar con argumentos que esconden reivindicaciones laborales y conveniencias personales y que no miran por mejorar la educación».

Bienestar de los niños

«Desde la federación de AMPA de la provincia hemos insistido en que se aplace el debate de las jornadas continua y partida», señaló el presidente de FAMPA, Pep Albiol, que no pudo ocultar su «decepción». Lamentó que «no se han tenido en cuenta ni el bienestar ni los derechos de los niños y niñas». Albiol insistió en que, a la hora de plantear cuestiones como esta, que afectan al alumnado, hay que «poner a los niños y niñas en el centro. Evitar los intereses de maestros y familias y dedicar los esfuerzos al bienestar al alumnado». 

Por su parte, la dirección territorial se mostró partidaria --según la FAMPA-- es dar voz a las familias y que sean ellas quienes eligen el tipo de jornada que crean mejor.

Sin estudios científicos

Sin embargo, a juicio de las AMPA todavía no se ha hecho ningún estudio científico o evaluación que establezca qué opción es mejor para el alumnado, elemento decisivo a la hora de votar».

Recursos insuficientes y tiempo limitado

Las AMPAS habían solicitado que se aplazara este debate teniendo en cuenta que los recursos para tomar una decisión son insuficientes y el plazo de tiempo para tomar una decisión de este tipo es muy limitado. Albiol ya comentó en su momento que «la pandemia y todos los aspectos derivados de esta hacen que este no sea un buen momento para hacer cambios, ya que las Ampas hace dos años que no podemos entrar en los centros educativos --debido a las restricciones no podían hacer actos informativos, reuniones en los centros, desde finales del pasado trimestre se prevé que puedan entrar a los edificios, pero en base a los planes de contingencia--. 

Además, mostró su descontento con el escaso margen que se ha dejado para llevar a cabo todo este proceso de cambio, teniendo en cuenta que vendrá marcado por los puentes de Fallas y Magdalena y las vacaciones de Pascua.

Extraescolares

Por otro lado, todas las actividades presentadas por el centro en su proyecto tendrán que ser sufragadas por el mismo, de forma que todas las niñas y niños tengan acceso.

Además, respecto a las actividades extraescolares realizadas por las AMPA dentro del horario escolar no lectivo, la jefa de servicio recalca que, para evitar la discriminación, estas tienen que ser sufragadas por el centro en el caso del alumnado becado y que se presentarán aparte de las actividades que se incluyen en la programación general del curso elaborada por el centro.

Según un estudio sobre los usos del tiempo en la población de 10 a 18 años, la mitad de este alumnado come después de las 15 horas, una rutina que la investigadora en nutrición, cronobiología y obesidad, Marta Garaulet, considera una línea roja que se vincula con más obesidad. Adicionalmente, sociólogos valencianos han descubierto que este estudiantado hace más deberes en casa y dedica más tiempo a las pantallas, además de dormir menos. Datos como estos son los que necesitan las familias.