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ECONOMÍA

Los pescadores de Castellón se quedan en tierra por el precio sin freno del gasóleo

Embarcaciones de Vinaròs y Burriana no salen a faenar y desde el lunes el paro será casi general

Las embarcaciones de arrastre son las más afectadas por el alza del gasóleo.

Ya no pueden más. La escalada del precio del gasóleo ha descuadrado las ya maltrechas cuentas de los pescadores de Castellón. La situación es tan grave que ya no les compensa salir a faenar. Y no es un farol. Algunas embarcaciones de arrastre de Vinaròs y Burriana ya optaron ayer por permanecer amarradas a puerto y partir del lunes prácticamente toda la flota permanecerá en tierra. «Los números no salen y nuestra situación es totalmente insostenible. Todos los días perdemos dinero y lo único que encontramos son piedras en el camino», lamenta Sergio Albiol, presidente de la Federación de Cofradías de Pescadores de Castellón.

Salvo las 14 barcas de arrastre de Castelló, que aún no tienen una decisión tomada, a partir del lunes los arrastreros de Vinaròs, Benicarló, Peníscola y Burriana amarrarán la flota y permanecerán en tierra hasta que el combustible no baje o el Ministerio de Agricultura y Pesca se comprometa a echar un cable al sector. «Salir a la mar ya no es rentable. El precio del combustible se come todos los beneficios, así que no queda otra que parar», resume Jaime Federico, secretario de la Cofradía de Pescadores de Vinaròs.

Aunque el desmadre del precio del gasóleo afecta a todas las modalidades de pesca, las embarcaciones de arrastre faenan a mucha mayor distancia de la costa y, por tanto, consumen muchos más litros de combustible. «De media un arrastrero gasta unos 7.000 litros de gasóleo a la semana. En estos momentos pagamos el litro a un euro, una barbaridad, ya que el precio normal es de unos 40 céntimos», explica Federico quien añade que el dinero que reciben por el pescado no cubre, ni de lejos los gastos de producción.

Juan Bautista Borja, secretario de la cofradía de Burriana, asegura que el panorama es desolador. «Esto ya no se puede aguantar. Llega un momento en el que los gatos no se cubren, de ahí la decisión de las siete barcas de arrastre de la localidad no salir a la mar», dice.

Sin rape, merluza, langostinos....

La espantada de la mayoría de los arrastreros de Castellón (en provincias como Cádiz, Huelva, Málaga o Barcelona también van a parar su actividad) implicará que los mercados se queden sin salmonete, merluza, rape, galeras o langostinos. «El paro es indefinido, así que el impacto será importante», explica Silvia Ferrer, secretaria de la cofradía de Benicarló.

Los arrastreros de Castellón amarran la flota sine die y advierten de que lo peor podría estar por llegar. «Ya no podemos más. El precio del gasóleo ahora mismo es nuestro principal problema, pero este sector tiene algunos más. ¡Nos están acribillando por todas partes», describe Albiol.

El próximo martes, la Federación Nacional de Cofradías de Pescadores se reunirá con el ministro Planas para intentar arrancar una batería de medidas que den solución a la situación por la que atraviesa el sector. «Si de ese encuentro no salen iniciativas concretas y urgentes nos vamos a la huelga», anuncia Sergio Albiol, quien insiste en que los pescadores no quieren ayudas directas. «Lo único que queremos es que no dejen vivir de nuestra profesión y para ello necesitamos que baje el precio del gasóleo y que nos aumenten los días de faena», argumenta.

La pesca reclaman soluciones y quienes luchan por vivir de ella aseguran que, sin un plan de choque, esta actividad económica está sentenciada a muerte. «Si las cosas no cambian y la Administración no se toma en serio el problema y se pone ya las pilas, en diez años en Castellón no va a quedar ninguna barca», dice el presidente de las cofradías, que recuerda que la potente industria turística, indirectamente, depende de la pesca. «Uno de nuestros mayores reclamos es la gastronomía. A los turistas les encanta venir a Castellón y comer pescado frito, langostinos... Y si no salvamos al sector a los visitantes acabaremos dando salmón noruego», añade. 

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