A algunos de ellos la guerra de Ucrania les pilló en tierras castellonenses, ya que se encargan de hacer la ruta de transporte de la industria cerámica con los países del este. Se trata de los camioneros que están llevando cargamentos de ayuda humanitaria desde la provincia para el pueblo ucraniano. La mayoría de ellos está descargando en la frontera entre Ucrania y Polonia, mientras que ahora los envíos ya se están redirigiendo a la frontera con Rumanía ante la saturación de envíos de toda Europa. Solo el primer tráiler que llegó a Polonia hace ya días, de la empresa Agromat, descargó directamente en Ucrania, en concreto, en Leópolis.
Al frente había dos camioneros ucranianos. Uno de ellos tenía claro que quería quedarse en el país porque allí siguen sus padres y su familia, pero el otro ha tenido problemas debido a la prohibición expresa dictada por el Gobierno ucraniano que imposibilita salir del país a los hombres de 18 y 60 años.
Es la aplicación de la llamada ley marcial, que limita la libertad de movimiento y expresión, de reunión y manifestación o el derecho a la privacidad en las conversaciones, entre otras. Además, implica que se impone el estado militar en todo el territorio y las funciones civiles del país quedan en manos del Ejército.
La única manera para este camionero de salir del país es disponer de un justificante como que transporta material de ayuda humanitaria. Todo parece indicar que ya dispone de este documento para cruzar sin problemas la frontera, según explicó Natalia de Intercom Estate, la empresa de Onda que se ha convertido en el centro logístico de recogida de ayuda humanitaria.
Una tarea que siguen haciendo, a pesar del cierre de los almacenes municipales de recogida de ayuda “porque la gente sigue necesitando comida, material de primeros auxilios… tanto los que llegan aquí como los que sufren la guerra en Ucrania”, explica Natalia.
La mayoría de camioneros ucranianos opta por esperar días en la frontera para poder depositar la carga evitando así entrar en el país. Para acelerar este proceso se está descargando el material en furgonetas que pueden más fácilmente moverse por el país. “Ahora se ha marchado uno que tiene a su familia en Praga y no quiere entrar en el país por si luego tiene problemas para salir”, indica Natalia.
