Ya está aquí la Semana Santa. El Domingo de Ramos, que conmemora la entrada de Jesucristo en Jerusalén, se celebró ayer en la mayoría de localidades de la provincia de Castellón. Las tradicionales palmas bendecidas llevadas por los más pequeños fueron las protagonistas de una jornada, en la que la lluvia hizo acto de presencia en algunas poblaciones, en las que el fervor y el sentimiento religioso se impuso.

En la capital de la Plana, cientos de castellonenses asistieron a la bendición de las palmas y ramos en la iglesias de la ciudad pero, de forma especial, en la concatedral de Santa María y la basílica del Lledó. En el primero de estos templos, ofició la misa el obispo de la diócesis Segorbe-Castellón, Casimiro López, quien, tras la eucaristía procedió a la bendición entre los fieles que esperan junto al templo. En cuanto a la basílica, tras una corta procesión por las inmediaciones de la misma, el prior Joaquín Guillamón ofició también la misa a la que asistieron decenas de castellonenses.

Por otra parte, y también en Castelló, los clavarios y cofrades de la cofradía de la Sangre conmemoraron en la ermita de la Magdalena la tradición Matisa de antaño. Hoy en día se trata de un encuentro de hermandad a las puertas de la Semana Santa y tiene lugar cada Domingo de Ramos.

En Vila-real, tras las eucaristías y bendición de las palmas y ramos en las diferentes parroquias, la programación siguió con la XXIX tamborrada local --el viernes la localidad acogió también la provincial-- en la que participaron las cofradías y hermandades con sus secciones de bombos y tambores. 

En l’Alcora, las cuatro cofradías y hermandades con sus respectivas secciones internas de tambores y bombos, junto a los feligreses, participaron en la procesión hasta la iglesia parroquial donde tuvo lugar la misa.

En Benicàssim, se celebró la procesión precedida por los bombos y tambores de la Cofradía Santo Sepulcro, que contó con los niños de la cofradía vestidos de hebreos, la imagen de Jesús encima del borrico, decenas vecinos, así como miembros de la corporación municipal. 

A pesar de la lluvia, los peñiscolanos se dieron cita ayer en la bendición de ramos en el santuario de la Virgen de la Ermitana, en lo más alto del casco antiguo. A continuación, acompañados por el Grupo de Bombos i Tabals de la población, procesionaron hasta la parroquia de Santa María.

En Benicarló, la lluvia impidió las procesiones. No obstante, los tres templos del municipio celebraron sus bendiciones y eucaristías tal y como estaba previsto. 

En Orpesa, la parroquia de San Jaime acogió ayer esta festividad, que reunió a numerosos fieles y cuya misa fue oficiada por el párroco local, José Miguel Sala, quien fue el encargado de realizar la bendición de ramos, palmas y ramas de olivo portados por mayores y pequeños. 

Por su parte, Burriana se volcó con la festividad religiosa con numerosas celebraciones por las parroquias de la ciudad, que celebraron durante toda la mañana la bendición de ramos y el posterior recorrido para seguir con la eucaristía. Los feligreses de la parroquia de la Merced recogieron los olivos y las palmas en la residencia de Cáritas y procesionaron hasta la iglesia entonando cantos. De igual modo, la Vall d’Uixó, Almassora y Nules acogieron las celebraciones religiosas con la participación de numerosos fieles.

 El Domingo de Ramos en Vinaròs fue ayer un día completo porque a la habitual programación religiosa se añadió un espectáculo musical, Los Diez Mandamientos, aunque la presencia de lluvia deslució la celebración. En la parroquia Santa Magdalena, tuvo lugar la procesión de la borriquilla, hasta la plaza Primero de Mayo y después se volvió en procesión hasta la parroquia, acompañada por la banda de cornetas y tambores de la Cofradía de Jesús Cautivo, al llegar se hizo la Santa Misa. La bendición en la iglesia Arciprestal se hizo dentro del templo. Informan P. Aguilar, J. Nomdedeu, J. Flores, I. Calpe, A. Boix.