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TRÁFICO

La AP-7 en Castellón: una carretera gratuita pero saturada

El Ministerio de Transportes aporta las cifras sobre los cambios en el uso de las vías en la provincia

El tráfico pesado es muy notable en la AP-7 desde la liberación de la vía y el fin de las restricciones por el covid.

Enero del 2020. Las barreras de los peajes en la autopista AP-7 a su paso por Castellón quedaron levantadas para siempre al no renovarse el contrato con la empresa concesionaria. Desde entonces, y hasta nueva orden, la principal carretera de la provincia pasaba a ser gratuita, generando unos cambios que no han sido patentes hasta que se han levantado las principales restricciones a la circulación derivadas de la pandemia.

Las cifras ofrecidas por el Ministerio de Transportes son evidentes: la autopista ha duplicado su tráfico, al pasar de los 14.038 vehículos diarios de enero del 2018 a los 29.511 de los últimos datos disponibles, correspondientes a febrero del presente año.

Un incremento que todavía es mayor si se observa el tráfico pesado. De 4.078 en el último año de pago a 12.096 en el arranque del 2022. Nada menos que el triple.

Desde hace unos meses, es habitual la estampa de circular por la AP-7 a velocidades inferiores a los 100 kilómetros por hora, debido a un camión que adelanta a otro, o bien circular durante kilómetros y kilómetros por el carril de la izquierda, mientras que a la derecha se observa una ristra interminable de vehículos de grandes dimensiones.

Datos sobre la intensidad media diaria de vehículos en la AP-7 y la N-340. Luis Martín

Una saturación que también se ha detectado desde hace unos meses en Cataluña, cuando quedó liberado el peaje en el tramo correspondiente entre Tarragona y la frontera francesa. Ya hubo expertos que pronosticaron este hecho, pero las consecuencias no fueron inmediatas, debido a un hecho que nadie podía sospechar cuando la vía dejó de ser de pago: el confinamiento de la población por el coronavirus. De golpe, tanto esta como el resto de carreteras pasaron a tener un aspecto desértico, solo roto por el paso de vehículos esenciales. Especialmente los camiones. Esta Semana Santa es la primera sin limitaciones de paso, y tanto en las pasadas fiestas navideñas como en los últimos días es cuando se ve que la AP-7, más de lo deseable, se queda corta.

N-340 y CV-10

Mientras tanto, el resto de carreteras han visto disminuir su circulación. La N-340 ha perdido un 25% de su tráfico, al pasar de 12.000 vehículos en el 2019 a unos 9.000 en el inicio de este 2022. Una caída aún más evidente en el caso del transporte pesado. Antes eran 1.700 los vehículos de este tipo que circulaban de media, mientras que en este mes de enero se han reducido a 753 de media. La nacional, especialmente utilizada en el norte de la provincia, se ha quedado como carretera de conexión entre municipios, mientras que los largos recorridos se han canalizado de forma exclusiva por la AP-7.

Otro caso es el de la CV-10. La Generalitat es la titular de la vía y el sistema de medición no es igual, pero hay ejemplos elocuentes: a su paso por Borriol había una media de 31.552 vehículos en el 2019, mientras que en el 2021, última cifra disponible, se quedó en 24.146. Esta carretera pierde menos, al ser la columna vertebral de la industria cerámica.

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