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datos de la delegación del gobierno

Castellón tiene un policía nacional o guardia civil por cada 316 vecinos

Asociaciones y sindicatos piden más personal y la reestructuración de cuarteles por falta de recursos

Guardias civiles en un control rutinario en Almassora en imagen de archivo.

Si un castellonense sufre un robo en su vivienda cabe la posibilidad de que se encuentre con una larga espera, que puede prolongarse durante varias horas, en el cuartel o comisaría más próximo a su domicilio para interponer la correspondiente denuncia. O puede que, directamente, el puesto de la Guardia Civil al que acuda se encuentre cerrado en ese momento. Esta última circunstancia podría darse, por ejemplo, en l’Alcora o Vilafamés, cuyos puestos solo abren por las mañanas. Son consecuencias de la falta de efectivos que sufren tanto la Policía Nacional como la Benemérita en Castellón y es que la provincia cuenta con un agente de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado --sin contar a las policías locales-- por cada 316 habitantes. Hay 1.802 efectivos para una población de 571.000.

Según fuentes sindicales consultadas por Mediterráneo, de esos 1.802 agentes, unos 500 son policías nacionales, con competencias en la capital de la Plana y Vila-real; y el resto, guardias civiles, cuya área de actuación es el resto de la geografía provincial. 

Reacciones

Asociaciones de la Benemérita como AUGC abogan por una reestructuración de los cuarteles para cerrar aquellos que se encuentran infradotados y que solo cuentan con dos o tres agentes. Sostienen que sería más eficiente hacer núcleos operativos en los que siempre se garantizara la presencia de un comandante, un sargento y un agente en cada turno. «Segorbe, Viver y Montanejos, por ejemplo, podrían hacer turnos de mañana, tarde y noche para que siempre hubiera uno de los tres puestos abierto y con el máximo personal disponible», proponen desde AUGC, que recuerda que el cuartel de Cabanes tampoco abre por las noches y que otros, como el de Vilafranca, en la práctica está vacío porque los guardias están en Benassal.

Un 40% menos de plantilla

Asimismo, lamentan que la Guardia Civil haya perdido un 40% de su plantilla desde el inicio de la crisis del 2007. Desde entonces, dicen, se han sacado muy pocas plazas en relación a las jubilaciones. «La de Castellón es una plantilla muy envejecida y, además, se da la circunstancia de que ahora la Comandancia se ha convertido en un lugar de paso. En los años 90 era de los mejores destinos de España, pero ahora cada vez que hay concursos de traslados perdemos personal», advierten.

Desde IGC (Independientes de la Guardia Civil) coinciden en que el principal problema de la Benemérita en Castellón es «la distribución territorial porque no tiene sentido tener abiertos puestos con cinco o seis efectivos que, en la práctica, es como no tener nada».

Sede "tercermundista"

Por lo que respecta a la Policía Nacional, cuenta con 305 agentes en la comisaría de Castelló --cuando su catálogo es de 340--, 70 en Vila-real --tiene estipulados 101-- y otros 70 en la Unidad Adscrita a la Policía Autonómica --85 previstos--. 

Desde la Unión Federal de Policía alertan de que el mayor problema lo presenta Vila-real, con una plantilla «escasa» y unas dependencias «tercermundistas». Además, critican la falta de personal en brigadas como Extranjería, encargada del aeropuerto, del puerto, de las expulsiones y de los trámites de asilo en plena crisis por la guerra de Ucrania.

Fresneda se jubila en enero y habrá un nuevo coronel

El actual coronel jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Castellón, Miguel Fresneda, se jubilará el próximo mes de enero y dejará vacante el puesto de mayor responsabilidad de la Benemérita en la provincia. Así lo han confirmado fuentes solventes a este periódico. 

Está previsto que, de forma provisional, el segundo de a bordo de Fresneda, el teniente coronel José Gaspar Cutillas, asuma la jefatura de la Comandancia hasta que sea nombrado otro coronel jefe para Castellón.

Fresneda llegó al puesto en 2016 para sustituir a Juan José Miralles tras pasar este último a la situación de reserva en el cuerpo militar. Durante años, el todavía coronel jefe fue comandante de la Guardia Civil de Castellón y segundo jefe de la que ahora es su Comandancia. 

Cuando era un joven de apenas 14 años se trasladó hasta Segorbe con su padre, con quien vivió en el cuartel de la capital del Alto Palancia. Allí se casó con una segorbina y tuvo a sus hijas.

Tras ascender a teniente coronel, se hizo cargo de la comandancia de la Guardia Civil de Teruel, de la que fue máximo responsable desde octubre del 2013 hasta su regreso a Castellón.

En su toma de posesión, prometió «servir a los castellonenses hasta el último aliento».

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