Los precios están desbocados en una escalada que afecta a las empresas y familias de Castellón de forma transversal, y por partida doble en sectores como el hostelero, ya que a la pérdida de poder adquisitivo de sus clientes, lo que frena su consumo en ocio y restauración como gastos más fácilmente prescindibles a priori que otros, se suma que los costes se disparan sin que los establecimientos estén en condiciones de repercutir ese incremento a sus productos y servicios.
En un contexto en el que el Índice de Precios al Consumo (IPC) comenzó a crecer de forma más que significativa en junio del 2021 empujado por los precios de la electricidad, este indicador no ha dejado de elevarse hasta el punto de que en estos momentos vivir en Castellón es casi un 12% más caro que hace apenas doce meses.
La última actualización del IPC, que ha publicado hace poco más de una semana el Instituto Nacional de Estadística (INE), corrobora que la inflación cerró marzo en la provincia en el 11,9%, dos puntos más que la media nacional (9,8%), la misma tasa que ya se había adelantado y que supone el valor más alto desde hace 37 años, después de un mes de guerra en Ucrania.
Gastos domésticos y combustibles
La estadística del INE refleja también que el principal causante de la fuerte alza son los componentes de la vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles, que han subido un 41,4% en el último año. A este apartado le sigue el transporte, por el incremento de las gasolinas y el gasóleo, con un 19,3%, el vestido y el calzado, con un 12,9% y los alimentos y bebidas no alcohólicas, con el 7,68%. En la comparación con el mes precedente, las subidas más pronunciadas fueron las de los combustibles líquidos y las de la electricidad.
El ataque ruso, que implica un desafío económico también para el conjunto de la Unión Europea y buena parte del mundo, ha agudizado una situación en la que la crisis de costes solo empeora, sin que a corto plazo se espere la estabilización, sino más bien que continúe el incremento de precios.
28 empresas de la provincia ya han tramitado expedientes de regulación de empleo, lo que afecta a 4.348 trabajadores
Hasta el momento, entre las principales consecuencias registradas en la provincia de Castellón se encuentran las dificultades por las que atraviesa el sector cerámico, motor económico en este territorio. Desde que comenzó la fuerte subida del precio del gas natural, en el último trimestre del pasado año, son 28 las empresas que ya han tramitado expedientes de regulación de empleo, lo que afecta a 4.348 trabajadores, según la actualización de datos a 31 de marzo efectuada por la patronal Ascer.
La inflación descontrolada que aboca a 185.000 trabajadores de Castellón a perder dinero, dado que sus convenios no cuentan con una cláusula de revisión sujeta al IPC, ya ha supuesto un descenso del consumo, no ya en la provincia o en España, sino que el azulejo ya ha detectado una disminución de las ventas en los distintos mercados de exportación de cerámica.
