Alerta de ciberseguridad en empresas de Castellón: los ataques más frecuentes

Suspenso. Es la calificación que recibirían gran parte de las empresas de Castellón, pero también de otros territorios españoles, en materia de ciberseguridad, pues apenas un máximo del 20% destinan fondos a la prevención de ataques o tienen contemplado este ámbito en sus estructuras.

Así se puso de manifiesto este jueves en las jornadas celebradas en el Espaitec de la Universitat Jaume I, donde expertos en la materia abordaron los retos a asumir y las principales amenazas. La fuga de talento es una de ellas, tal y como desgranó Víctor Villagrà, miembro de la Fundación Circulo de Tecnologías para la Defensa y la Seguridad: «Como plasmaba ya la estrategia nacional de ciberseguridad del 2019, hay necesidad de retener a personas que se marchan a otros países atraídos por los altos salarios que no se dan aquí», comentó, apuntando además el requisito de que las compañías adopten una planificación marcada para incorporar la ciberseguridad a su funcionamiento. 

Villagrà señaló, por otro lado, que la formación es otra de las cuestiones a abordar para combatir los ataques, pero también entre el personal especializado, defendiendo que muchos de los grados generalistas ya ofrecen una formación suficiente para desarrollar estas tareas en empresas.

Desde el departamento del Instituto Nacional de Ciberseguridad (Incibe), Luis Hidalgo explicó que trabajan en el plan nacional «centrado en el fortalecimiento de las capacidades de ciberseguridad de ciudadanos, pymes y profesionales» antes del 2025. Asimismo, gestionan todo tipos de incidentes, más de 130.000 al año, a través de canales como el teléfono 017, que atiende dudas o situaciones de riesgo de forma gratuita. 

No es una moda

Por su parte, el SOC manager de Sofistic, Juan Carlos García, hizo hincapié en que la «ciberseguridad» no es una moda pasajera y debe tenerse en cuenta en las mercantiles, pues la media en responder a una brecha de seguridad y contenerla es de 280 días, «cuando el mal ya está hecho en la mayo parte de ocasiones». Y es que estos ataques tienen un coste tanto reputacional, como económico, añadió García, concretando que el impacto ascendía a más de 6 trillones en el 2020. 

Entre los ataques más repetidos figura el conocido como ransomware, que secuestra equipos o datos, accediendo muchas veces a ellos a través de métodos de ingeniería social como el pishing, que suplanta la identidad de las compañías. Si bien «los malos innovan» y avanzan en su operativa con la vista puesta en la cadena de suministro.

De hecho, esta evolución también ha derivado en las consecuencias del ransomware. "Ahora se ha pasado a robar información con una doble extorsión", concluyó.

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