El crecimiento de la actividad en el sector de la construcción en la provincia de Castellón se ha visto frenado en los últimos meses tras un aumento récord en el 2021. La crisis energética y el aumento de costes de todo tipo ha tenido un impacto palpable en el sector, tal y como reflejan los últimos datos de empleo.
La construcción iba a toda vela el pasado año, impulsada en buena parte por el auge de las reformas de los hogares que propició la pandemia del coronavirus. Así se desprende de los datos que acaba de publicar el Observatorio Industrial de la Construcción, en su Boletín anual de Estadísticas del sector en la Comunitat. En concreto, en 2021 los afiliados a la seguridad social en la construcción crecieron en Castellón por encima de las medias estatal y autonómica (5,4% en ambos casos), a un ritmo del 6,3%. Además, el número de empresas crecía en la provincia a un ritmo del 4,8%, más o menos en línea con el contexto.
En total, al cierre del pasado año había 18.886 empresas del sector de la construcción en la provincia de Castellón. Sin embargo, la crisis energética y de costes de todo tipo ha frenado la buena evolución de este ámbito, al igual que ha ocurrido con otros, de manera que ha comenzado el 2022 con el paro al alza, tanto desde el punto de vista de la Encuesta de Población Activa (EPA) del primer trimestre del año, como de los inscritos en las listas del desempleo.
Los datos de la EPA reflejan que el sector de la construcción había perdido 800 personas ocupadas durante el primer trimestre del año. Las 14.600 personas activas en la construcción suponían mil menos en el diferencial del último año. El cambio de tendencia que muestran estos datos se corroboró con las cifras más recientes del paro en la provincia. En el pasado mes de abril se destruyeron 24 empleos en la construcción, que acumulaba 2.604 parados.
Actividad
En todo caso, aunque se ha moderado la demanda en el sector reformas en la provincia, continúa habiendo actividad, según las empresas. Eso sí, los costes en las materias primas y en algunos productos se han disparado. En consecuencia, también han aumentado los presupuestos, que han experimentado alzas de hasta un 30% más desde principios de 2022 hasta ahora. La escasez y el aumento de precios provocado por la crisis de los fletes y de la energía se ha agravado con el conflicto bélico en Ucrania.
Por ello, materiales habituales o indispensables como el hormigón, el hierro, el aluminio o el cobre, entre otros, han tenido subidas que repercuten tanto en el precio para el consumidor como en la rentabilidad de las empresas y, por tanto, en la viabilidad de las mismas y en la capacidad para generar empleo. El retraso en los suministros es otro obstáculo que debe superar un sector frenado por los acontecimientos.
