REPORTAJE. 20 años de un club singular, gestado en burriana

'Cazadores' de metales en Castellón: afición por la historia y labor social

Los detectoristas reivindican su papel: hallan joyas de valor sentimental, donan piezas a museos y limpian las playas de basura

Detectoristas de metales comparten afición en Castellón.

Detectoristas de metales comparten afición en Castellón. / MEDITERRÁNEO

Castellón

No les gusta que les llamen cazatesoros, y menos, expoliadores. Reivindican su función social e incluso medioambiental, y la posibilidad de colaborar con arqueólogos, como en otros países, para que el patrimonio no se pierda en el olvido. Los detectoristas de metales, los hay en Castellón, comparten afición ya sea por libre, en grupo, con quedadas en las playas permitidas o mediante el asociacionismo.

De la Asociación Valenciana de Detectoristas (AVD), que este fin de semana celebra su 20º aniversario y organiza múltiples actividades en Valencia --su domicilio social está en Alboraya--, forman parte vecinos de Castelló, Vila-real, Soneja, Sot de Ferrer, Benicarló, Vinaròs o Alcalà de Xivert. Su presidente, Enrique Roig, explica los vínculos: «Sí que hay afición en la provincia de Castellón, tenemos asociados desde hace 15 años. De hecho, como anécdota, nuestra asociación se gestó en Burriana. Había un chico director de una oficina bancaria con afición y se reunieron para la fundación socios de Benidorm y Algemesí y se oficializó en el Registro de Castelló». 

Aficionados en una playa de la Comunitat.

Aficionados en una playa de la Comunitat. / Mediterráneo

De oro y plata...a chapas y latas

A quienes se compran un detector de metal les mueve una afición que les proporciona relax, aventuras al aire libre y emoción, por la incógnita de qué descubrirán bajo sus pies en la arena cuando suena el pitido. La Conselleria de Cultura tiene catalogadas aquellas playas donde está prohibido utilizarlo por existir patrimonio arqueológico, so pena de sanción.

Playas donde no se puede utilizar detector de metales.

Playas donde no se puede utilizar detector de metales. / Mediterráneo / Raquel Ahicart

Pincha aquí para consultar la Circular de la Dirección General de Cultura y Patrimonio sobre la tramitación de permisos de detectores de metales 

En el campo, se pueden gestionar permisos especiales con propietarios de fincas privadas y con autorización municipal revisada por arqueólogos, tras rellenar un formulario. Y es que, de hallar objetos valiosos, deben comunicarlo. Pero en muchas ocasiones, tras dos horas de búsqueda con sus equipos, encuentran más basura --chapas, latas,...-- que alguna alhaja perdida. «En redes sociales se lanza el mensaje de que te compras un detector y vas a sacar de todo y eso no es así. En la playa cuando quedamos los aficionados se hace mucha labor de descontaminación: desde botellas, chapas, etc. Y en el campo igual: se sacan kilos de basura, latas, etc.», explica Ángel Llopis, de Sot de Ferrer. 

Hallazgos de detectoristas.

Hallazgos de detectoristas. / Mediterráneo

Ayudante de los vecinos

Y luego está la labor social y su recompensa: la satisfacción. Rara es la semana que algún vecino del pueblo no busca a Ángel en busca de ayuda para encontrar unas llaves perdidas, «o incluso del ayuntamiento, para localizar una tubería; o el otro día, una chica, que perdió una sortija mientras plantaba hortalizas y la encontré». Es agricultor, pero saben que tiene detector. «Lo compré en 1999, uno sencillo, un Garret 150, que me costó 48.000 pesetas. Eran caros. En el 2000 ya me compré uno mejor, por 250.000 pesetas. Siempre me ha gustado coleccionar y mi casa parece un museo con objetos antiguos relacionados con la Guerra Civil que he ido recopilando, pero no con el detector. Siempre he sido muy consciente de que hay espacios prohibidos para usarlos. Un tío mío era muy sensible a no expoliar ningún yacimiento y me lo inculcó», relata.

En los huertos, y con permiso, Ángel ha encontrado monedas «pero sin valor económico, de 100 ó 150 años. Me gustaba limpiarlas y ver de qué época eran. He entregado objetos a arqueólogos. Hace un par de meses llevé al museo de Segorbe un sello de plomo. Tenía un dibujo y era de un documento oficial, de cientos de años, no sé».

Con todo, este veterano detectorista subraya: «Esto es una afición, como quien va a buscar setas o a pescar para entretenerse y pasarlo bien, salir con la familia o pasear. Estás en contacto con la naturaleza y la historia. Es la ilusión de encontrar algo para que lo aprecien los demás».

¿Su mejor hallazgo? «Del que más orgulloso estoy es de encontrar, en el 2019, una alianza de oro, de una boda de hace 47 años. Localicé al señor que la perdió hace cuatro décadas y a su mujer. Es un vecino de Sot de Ferrer. Llevaba la inscripción ‘De EG para PM 24/03/1973’. Junto al alguacil, de mi cuadrilla, mirando en los archivos, comprobamos las bodas de entonces y era de un vecino del pueblo que lo perdió. Al dársela, nos echamos a llorar. Fue lo más de lo más», rememora Ángel

El vecino que perdió su alianza de boda de 1973, junto a Ángel (derecha), que pudo recuperarla gracias al detector de metales.

El vecino que perdió su alianza de boda de 1973, junto a Ángel (derecha), que pudo recuperarla gracias al detector de metales. / Mediterráneo

Sortijas encontradas en una playa.

Sortijas encontradas en una playa. / Mediterráneo

Y no es la primera. «He hallado varias y las he entregado en el pueblo. Cuando encuentras una alianza, si tiene marcaje como iniciales o fecha, la Policía lo investiga y te hace un recibo y si en dos años nadie lo reclama, puedes quedártelo. En el campo se encuentran más monedas o restos de aperos agrícolas, rejas... En 2021 un vecino le había contado su abuelo que escondió una pistola hace 114 años y la localizamos y se la dimos al bisnieto», detalla. 

Pistola antigua recuperada en el campo y devuelta al bisnieto del propietario.

Pistola antigua recuperada en el campo y devuelta al bisnieto del propietario. / Mediterráneo

asociacionvalencianadetectoaficionadosAVD

Cadena encontrada en la arena. / Mediterráneo

Ángel (Sot de Ferrer): «Mi mejor hallazgo es una alianza de boda perdida, de hace 47 años, que devolví a su dueño»

A la asociación a veces llama gente que ha perdido en la playa algo ya no de valor económico, sino sentimental. En otros países como Inglaterra o Francia lo tienen más asimilado y cuando hay turistas extranjeros sí recurren a los detectoristas. En la playa de Orpesa habían perdido una sortija de plata y se acercó uno de la zona.

Ángel conoce a Raúl Martínez, detectorista de 41 años, sevillano pero residente en Vila-real desde hace dos décadas. «Estuve de militar en la base naval de Rota, en Cádiz. De ahí me viene la afición y la curiosidad, cuando veía a los americanos con sus detectores y se me quedó esa espinita de comprarme uno. En los dos años de pandemia he tenido mucho tiempo de indagar en esta afición hasta que mi mujer me sorprendió y me regaló uno. Me hice socio de la AVD para que me asesoraran y me guiaran en esta afición», cuenta. 

Raúl Martínez, en una zona autorizada de Benicàssim.

Raúl Martínez, en una zona autorizada de Benicàssim. / Mediterráneo

«Es un hobby desestresante»

«Practicando este hobby me desestreso, encuentro paz, viendo el entorno de nuestras playas tan bonitas de la Comunitat, con mi mujer y mi hija pequeña, que me acompañan algunas veces», destaca Raúl. Como anécdota, recuerda cuando ayudó a un hombre que perdió su manojo de llaves (casa, párking, coche, maset,) en la playa de Peñíscola. «Dio la casualidad de que llevaba el detector en el coche y me puse a buscarlas. Las encontré y no sabía como agradecérmelo. Cosas así hacen que me guste cada vez más esta afición», señala.

En su haber, ha sido campeón con su pareja deportiva Javi, de Cullera, por segundo año consecutivo, en la competición de la AVD; y medalla de oro en el de Pinpointers, a encontrar el mayor número de fichas enterradas. «En cada quedada de detección metálica conoces a gente maravillosa, compartes vivencias y almuerzos juntos», asevera. De hecho, la AVD inició el 1 de mayo un concurso, que se prolongará hasta fin de año, con cien fichas especiales, numeradas y enterradas a lo largo de los 300 kilómetros de toda la costa de la Comunitat. Como sus compañeros, reivindica «la labor de descontaminación tan grande que hacemos en playas con la basura que recogemos, pese a la mala imagen de quien nos ve como expoliadores y ladrones de la historia, y para nada es así. Siempre actuamos bajo la legalidad y queremos proteger nuestro patrimonio».

Raúl (Vila-real): «Este hobby me da paz. Me fijé en la base naval de Rota al ver a americanos con sus detectores»

Y reitera que, «si alguien halla algo de valor (como una joya de oro, alianza, etc...), se da parte a la policía y se entrega en la oficina de objetos perdidos donde te toman declaración y te dan un resguardo de duración de dos años. Si pasado esta fecha nadie lo reclama te pertenece por ley. Contribuimos a recuperar piezas de valor sentimental para mucha gente. Y si el detector localiza una moneda con más de 200 años de antigüedad la entregamos al arqueólogo del museo más cercano».

Fuera del ámbito asociacionista, otros detectoristas comparten foros y quedadas. José Luis Mateos es portavoz de un foro: «Somos más de un centenar: de Alicante, Murcia, Valencia y también varios de la provincia e Castellón: de Borriol, Vila-real o Castelló». De entrada, un detector básico cuesta de 80 euros hacia arriba;y uno algo mejor, multifrecuencia, pasa de los 100 euros. En su caso, también consideran que podrían aportar más a la sociedad si les dejaran. «Nos gustaría colaborar con arqueólogos. Hemos hablado con varios profesionales para explicarles la idea pero por ahora no tenemos respuesta. En otros países sí se confía e incluso se contrata o se paga», declaró Mateos. 

Hallazgo en el campo.

Hallazgo en el campo. / Mediterráneo

Antonio, de Borriol, hace menos que se inició en la afición, pero lamenta las trabas y que «está mal visto, desafortunadamente. Muchos lo relacionan con expolio, nocturnidad y linternas. Cuando, si nos autorizaran y bajo supervisión, podríamos colaborar con las autoridades y, por ejemplo, hallar objetos de la Guerra Civil en fincas rurales de la Magdalena, Lledó, etc. en Castelló. Es una pena porque hay patrimonio que se perderá de por vida cuando podríamos ayudar a detectarlo como voluntarios. Pero son todo impedimentos. Es sancionable y te pueden dar un buen susto». 

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents