El responsable de Innovación de Contenidos de RTVE, David Corral, será el conferenciante principal en el desayuno informativo Ucrania, periodismo y tecnología en la guerra, que organiza la Càtedra Ciutat de Castelló, con el patrocinio del periódico Mediterráneo, el miércoles 18 de mayo.

¿Cuáles son las implicaciones morales que los periodistas y medios deberían de tomar en cuenta al cubrir un conflicto bélico? 

La primera de ella es que los profesionales que vayan a cubrirlo lo puedan hacer en unas condiciones de seguridad física y laboral mínimas, sin poner en riesgo sus vidas por carecer de los medios de protección adecuados o, especialmente los independientes o freelance, por tener que arriesgarse en exceso para tener material que vender y que sea a un precio razonable. Los ataques, no solo físicos, contra los profesionales de los medios de comunicación son cada vez más habituales, más aún en zonas de conflicto o en países con escaso respeto a las libertades. Respecto a las implicaciones morales lo esencial es el básico que se supone de la profesión, ofrecer una información veraz, independiente, rigurosa, de calidad… y sobre todo no caer en las tendencias, tomando partido de una manera activa o inconsciente, o en la propagación cada vez más habitual de la propaganda o la desinformación.  

De esta forma, ¿qué importancia tienen los medios de comunicación en una guerra?

Mucha, más de lo que se pueda creer. Cada vez son más las posibilidades de tener información, o lo que creemos que lo es, recibida a través de redes sociales, servicios de comunicación o propaganda oficiales, etc. La diferencia es que los medios y sus profesionales intentan estar presentes en todos los ámbitos de un conflicto, en lo que sucede en los frentes, en conocer a los combatientes, en analizar los motivos, en contar los daños a los civiles y la solidaridad que pueda haber con los damnificados o en seguir las cuestiones políticas y diplomáticas, por decir algunas. 

Su experiencia permite contar con una información de calidad en la que, normalmente, se ha dado voz a todas las partes sin tomar partido y se han narrado los hechos con la mayor cantidad y calidad posible de detalles. También son determinantes para contar todo aquello que muchos quisieran que nunca se conociese, como los crímenes de guerra, y que, de otra manera, quedaría silenciado por el miedo, el olvido o las campañas de propaganda. 

Ante las diversas cadenas y medios que ofrecen la misma información, ¿qué hace que un medio sea considerado una fuente de confianza por el público? 

La mentira o la desinformación pueden tener un enorme impacto y beneficio a corto plazo en lograr audiencias con noticias que resulten muy llamativas por su exageración o contenido. A largo plazo la etiqueta de mentirosos o tendenciosos supone una enorme pérdida de lectores, oyentes o espectadores por la pérdida de reputación y credibilidad, lo que lleva a una pérdida de negocio. Generalmente, y más con la creciente polarización y la abrumadora cantidad de canales y de información y desinformación, las audiencias tienden a ser fieles a los medios que ofrecen contenidos contrastados, cercanos a la realidad, moderados en su contenido y tono, etc. Encuentran en ellos certeza y una visión de un mundo que necesita ser explicado y entendido entre tanta pandemia, guerras o crisis. 

«Los periodistas no deben caer en las tendencias, ni participar de la desinformación»

Actualmente, ¿con qué nuevas tecnologías cuentan los medios de comunicación a la hora de cubrir una guerra? 

Las tecnologías, en general, son muy similares a las de principios del siglo XXI, la gran diferencia es todo lo que han avanzado. Se siguen utilizando satélites, internet, teléfonos móviles... pero ahora esos satélites permiten transmitir más, más rápido y a mayor calidad. Con internet se ha ganado independencia al poder conectar y transmitir en la mayor parte del planeta, incluso son más que habituales ya los formatos puramente digitales como son los streamings o toda la actividad en las redes sociales. Los móviles se han convertido en cámaras de fotografía, en grabadoras de audio, en mapas, en traductores, permiten grabar vídeo o hacer directos, hay miles de aplicaciones disponibles para captar, editar, enviar… y siguen sirviendo para hacer llamadas telefónicas a cualquier lugar del mundo a precios y calidades de sonido inimaginables hace años. 

¿Cómo se puede luchar contra la propaganda y la desinformación? 

Lo lógico sería que quienes debieran protegernos de ellas no fueran sus principales emisores, como es el caso de algunos gobiernos o políticos. Como ciudadanos es fundamental contar con una buena educación y enormes dosis de capacidad crítica, sin olvidar una cierta disciplina como es no rebotar todo lo que recibimos sin saber qué es pero aumentando el impacto en nuestro entorno y sociedades de la desinformación. A los medios nos toca ser responsables de la calidad, certeza e independencia de los contenidos, sean informativos o no, que ponemos a disposición del público y conscientes de los daños que provoca la mentira en nuestras sociedades, que son muchos y muy nocivos, aunque no lo parezca.  

«Debemos ser responsables de la calidad y certeza de los contenidos que ofrecemos»

¿Cómo valoras la irrupción de las redes sociales como canales de información y comunicación? 

Es innegable que nunca hubo acceso a tanto contenido o información, por tantos canales, cada vez más profesional por la calidad de los móviles y por la habilidad de quienes graban, tan inmediato o directamente en tiempo real, con tanta interacción con las audiencias… cada usuario es un emisor y un receptor identificado. Pero, por otro lado, es abrumadora la cantidad de contenidos útiles e inútiles que continuamente se suben a Youtube, TikTok, etc. Y es muy difícil extraer el grano útil de la paja y combatir en esta avalancha la propagación de mentiras virales. Sí que reconozco la gran ayuda que nos ofrecen, con fuentes fiables, para saber qué sucede y tener imágenes o sonidos de lugares a los que aún no se ha podido tener acceso, como desastres naturales o atentados, o de políticos, artistas, deportistas,… que puedan ofrecer declaraciones o imágenes de sus actividades.  

Y es muy difícil extraer el grano útil de la paja y combatir en esta avalancha la propagación de mentiras virales

¿Hacia dónde deben evolucionar los medios de comunicación con todo este mundo de posibilidades tecnológicas?

En RTVE estamos probando y trabajando con distintas posibilidades. Utilizamos IA en nuestro archivos para el metadatado y la mejor gestión de nuestros contenidos, en las emisiones para verificar que todas las transmisiones de señal funcionan y no se caen, para subtitular los informativos y que sean accesibles para las personas que tengan limitaciones auditivas o que puedan leerse en sitios como hospitales, bares o estaciones. Investigamos cómo utilizar las posibilidades de los algoritmos para crear noticias y que se lean con voces sintéticas. También estamos trabajando en una colaboración institucional en una herramienta abierta de verificación basada en IA. Son muchas las posibilidades que nos ofrece la inteligencia artificial y tenemos claro que, al menos, queremos saber qué podemos o no hacer con ella y saber mejor sus beneficios que sufrir sus inconvenientes.

Inscríbete a la jornada con el siguiente enlace: