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ECONOMÍA

La crisis energética se comerá este año la mitad de los beneficios del azulejo

El clúster augura un 2022 con un menor crecimiento y y volverá a subir los precios y a racionalizar producción

Varios operarios trabajan en el interior de una empresa cerámica. MEDITERRÁNEO

El azulejo lleva dos años encajando golpe tras golpe. El primero fue el del covid, que obligó a las empresas del sector a parar unos días la producción, y cuando el camino empezaba a despejarse aparecieron nuevos nubarrones en el horizonte. La subida del precio de las materias primas, la falta de suministros, y, sobre todo, el alza sin freno de la energía ( especialmente el gas) han sumido a la principal industria de Castellón en una crisis sin precedentes. Y como las desgracias nunca llegan solas, la guerra en Ucrania ha acabado por poner contra las cuerdas a una actividad que representa el 15% del PIB industrial de la Comunitat y de la que dependen en la provincia 16.000 empleos directos.

El conflicto bélico y el inasumible precio del gas (pese al descenso registrado este mes de mayo, aún es un 400% más caro que hace un año) van a tener un fuerte impacto en el sector. La consultora Deloitte, que ayer presentó el informe Situación y perspectivas del sector cerámico, ha preguntado a una treintena de empresas del clúster (representan más del 80% de la facturación de la industria) y las respuestas no son para nada optimistas: el sector augura que la crisis hundirá su crecimiento y, lo más importante, este año se comerá más de la mitad de la rentabilidad que tuvieron en el 2021. 

Perspectivas rentabilidad del sector del azulejo MEDITERRÁNEO

Tras cerrar el pasado ejercicio con un alza del negocio del 26%, hasta los 4.900 millones de euros, y con un margen del ebitda (beneficio de una empresa como porcentaje de sus ingresos) sobre las ventas del 16%, las expectativas para los próximos meses se hunden y caen más de la mitad, hasta el 7%. «La industria cerámica se enfrenta ahora al reto de la rentabilidad», explicó Javier Arribas, socio de Financial Advisory de Deloitte, quien insistió en que «los fundamentos de la demanda siguen mostrando buena evolución y el sector puede activar distintas palancas de gestión para paliar los sobrecostes provocados por un 2022 de gran complejidad».

El gas, a precio de oro hasta 2025

Las previsiones del clúster para este año no son nada halagüeñas y, para colmo, los expertos de Deloitte auguran que el precio del gas se mantendrá alto tanto en lo que queda de año como en 2023 y 2024. Así, a medio plazo (el próximo año y el siguiente) se esperan rangos de precios de entre 70 y 80 euros el MW/hora y a largo plazo (2025) los valores oscilarán entre los 30 y 40 euros el MW/hora. En el sector siempre han defendido que cualquier precio que supera los 60 euros está lejos de la competitividad que necesita la industria.

El otro enemigo del sector será el alto coste de las materias primas y los riesgos de suministro, que continuarán sin dar tregua. Y ahí es clave la altísima dependencia de la arcilla de Ucrania. 

¿Y qué plantean los empresarios para hacer frente a esta tormenta perfecta? El clúster asegura que sus palancas estratégicas pasan por subir precios (en los últimos meses ya los han incrementado) y racionalizar la producción, e insisten en que tienen poco margen de maniobra sobre los costes. Otras recetas son mayor innovación y potenciación del mercado europeo, así como una mayor concentración de empresas.

Si 2021 se caracterizó por una elevada dinámica de operaciones corporativas, este año la tendencia seguirá. «La necesidad de desinversión de los inversores financieros presentes en la industria y el deseo de los industriales internacionales por asentarse en el clúster español serán dinamizadores de fusiones y adquisiciones en los próximos años», indicó Alfredo Vasallo, director de Financial Advisory de Deloitte. 

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